¿Se dice “puertazo” o “portazo”? Descubre cuál es la forma correcta

¿Se dice “puertazo” o “portazo”?

En repetidas ocasiones mencionamos que nuestro idioma es rico y ciertamente complejo, así que no será raro en algún momento recurrir a Google para absolver una duda o ver debates sobre ortografía entre hispanohablantes. Debido a la complejidad del español, realmente casi nadie está libre de errores ortográficos, y para ser sinceros, de un golpe con la puerta tampoco. ¡Sácate de encima al menos una duda!

¿Se dice “puertazo” o “portazo”?

Respuesta corta: si está de por medio una puerta, la única forma correcta es “portazo”, palabra que aparece registrado en el Diccionario de la lengua española. Vea los siguientes ejemplos:

  • Por andar corriendo y desprevenido recibió un portazo.
  • Echar un portazo cuando alguien te está hablando es un acto mal visto.
  • Se fue dando un portazo, creo que estaba muy enfadado, aunque no entiendo la razón.
Diccionario de la lengua española (DLE) recoge los siguientes significados de portazo:
  1. Golpe recio que se da con la puerta.
  2. Golpe que da la puerta movida por el viento.
  3. Acción de cerrar la puerta para desairar a alguien y despreciarlo.
A continuación, vea los significados de puerta tal y como lo indica el Diccionario de la lengua española (DLE):
  1. Hueco o abertura regular en una pared, una cerca, una verja, etc., desde el suelo hasta una altura conveniente, que se usa para entrar y salir.
  2. Armazón de madera, hierro u otra materia, que, engoznada o puesta en el quicio y asegurada por el otro lado con llave, cerrojo u otro instrumento, sirve para impedir la entrada y salida, para cerrar o abrir un armario o un mueble.
  3. Agujero o abertura que sirve para entrar y salir por él, como en las cuevas, vehículos, etc.
  4. Entrada a una población, que antiguamente era una abertura en la muralla.
  5. Arco de triunfo, erigido en el lugar donde hubo una antigua puerta (‖ entrada a una población).
  6. En el fútbol y otros deportes, portería1.
  7. Vía de acceso para entablar una pretensión u otra cosa. Esa es la puerta a la anarquía.
  8. Tributo de entrada que se pagaba en las ciudades y otros lugares.
  9. En esquí alpino, espacio comprendido entre palos verticales paralelos que marcan el recorrido.

No se debe confundir con los adjetivos superlativos. Los superlativos tienen un trato diferente. La mayoría de los adjetivos tienen superlativos regulares con el sufijo «-isimo»: «sueltísimo» de «suelto», «revueltísimo» de «revuelto», «cuerdísimo» de «cuerdo». Por otra parte, están los superlativos irregulares son las excepciones, y de esto tenemos mucho por hablar: tenemos, por ejemplo, «fortísimo», «novísimo», «bonísimo».

Algunos adjetivos en español admiten dos formas superlativas diferente. Tenemos por ejemplo a fuerte, el cual como superlativo regular de uso popular puede ser fuertísimo, y fortísimo como superlativo irregular, según indica el Diccionario académico. En un artículo de FundéuRAE, explica que la Academia recoge otros dobletes similares, como ocurre con los adjetivos cierto, reciente, nuevo o lejos, entre otros, cuyos posibles superlativos son ciertísimo o certísimo, recientísimo o recentísimo, nuevísimo o novísimo, lejísimos o lejísimo, respectivamente.

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