Los casos de sarampión aumentaron un 80% en los primeros meses del 2022, según la OMS y la UNICEF
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF en un comunicado del miércoles 27 de abril del 2022 anunciaron que los casos de sarampión en todo el mundo aumentaron en aproximadamente un 80% en los primeros meses del 2022 y advierten que estamos bajo las condiciones perfectas para que se propicien brotes graves de esta enfermedad y algunas otras que son totalmente prevenibles mediante vacunación.
Los organismos indican que la comparación en el reporte de casos de sarampión entre el año 2021 y 2022 alertan de la gravedad del asunto; se describió que durante los primeros meses del 2021 se indicaron 9665 casos, mientras que para el 2022 se notificaron 17,338. De esta manera, debido a las condiciones que enfrenta el mundo actualmente, se estima que esta cifra siga en aumento y, lo más lamentable de los posibles brotes que se esperan, es que los esquemas de vacunación contienen la enfermedad eficientemente, además, esta situación funge como un indicador de lo que puede suceder con otras enfermedades que igualmente son prevenibles.
Las campañas de vacunación son vitales en los sistemas de salud de todo el mundo, son la mejor medida de prevención que se tiene para evitar ciertas enfermedades o su gravedad; bien implementadas, salvan vidas año con año, sin embargo, en los últimos dos años la pandemia de COVID-19 también dejo rezagos muy importantes en este sentido, las medidas de confinamiento propiciaron la interrupción de las campañas y servicios de vacunación cotidianos, muchos de los cuales hasta ahora no se han retomado.
«Al 1 de abril de 2022, 57 campañas de enfermedades prevenibles por vacunación en 43 países que estaban programadas desde el comienzo de la pandemia aún están pospuestas, lo que afecta a 203 millones de personas, la mayoría de las cuales son niños. De estos, 19 son campañas contra el sarampión, que ponen a 73 millones de niños en riesgo de contraer sarampión debido a la falta de vacunación», describen en el comunicado la OMS y UNICEF.
Además de esto, se indica que el riesgo de brotes de sarampión aumenta tras los distintos conflictos bélicos alrededor del mundo que propician el desplazamiento de sus habitantes y la limitación del acceso a las campañas de vacunación en estas poblaciones. Asimismo, se suma otro factor de riesgo respecto a la disminución de las medidas preventivas de distanciamiento social que se implementaron durante la pandemia de COVID-19 y que ahora se retoma la “normalidad” tras la contención de los casos tras su propia campaña de vacunación.
En este sentido, se ha reportado que las mayores afectaciones se tienen y, posiblemente se mantendrán, en poblaciones de mayor desigualdad económica y social, con sistemas de salud carentes, con bajas tasas de vacunación y con menor probabilidad de que las campañas de vacunación puedan restaurarse o enfrenten una mayor dificultad para hacerlo. Hasta ahora los países más afectados que presentan el mayor número de casos se encuentran en África y la región del Mediterráneo oriental, específicamente en los países de Somalia, Yemen, Nigeria, Afganistán y Etiopía.
De esta manera, con el escenario planteado, actualmente millones de niños en el mundo se encuentran en riesgo de padecer sarampión que es una enfermedad mortal cuando no existe inmunización en sus sistemas, describen las organizaciones que «el sarampión es muy contagioso, entonces los casos tienden a aparecer rápidamente cuando los niveles de vacunación disminuyen». Y, una de las cuestiones que más preocupa a los especialistas es que esta situación pueda mimetizarse con algunas otras enfermedades que, bajo las mismas condiciones expuestas aquí, tengan campo abierto para generar brotes graves, sobre todo por la falta de inmunización que es el factor detonante.
Por último, indican la OMS y la UNICEF que lo que resta hacer ante esta situación que afecta principalmente a los niños, es intentar subsanar, en la medida de lo posible, los potenciales factores que aumentan el riesgo de brotes de sarampión y otras enfermedades prevenibles tras planeaciones que se enfoquen sobre todo en restaurar los servicios y campañas de vacunación con gran apremio en estas poblaciones con mayores riesgos, así como evitar que la financiación para estas campañas se desvíe a otras situaciones de importancia como la vacunación de COVID-19.
Ante esta situación, se debe estar alerta tanto de la instauración de las campañas de vacunación, como de los posibles efectos de que estos brotes de enfermedad se propaguen alrededor del mundo.