Las manchas blancas en el cerebro de este hombre resultaron ser algo verdaderamente terrorífico.
No cabe duda de que los casos clínicos asociados a enfermedades infecciosas son de los más interesantes. Imagine esto: un joven de una zona rural acude a su unidad médica debido a fuertes dolores de cabeza y convulsiones esporádicas. Cuando los médicos lo atienden y ven los resultados, se percatan de que tiene el cerebro invadido por “gusanos” que poco a poco lo están devorando. La historia parece un cuento de terror, pero lo cierto es que estos casos son muy comunes en zonas donde las condiciones sanitarias no son tan buenas, aunado a malos hábitos de higiene. Tal es el caso de un hombre de la India.
Cuando un joven de 18 años llegó a la sala de urgencias de un hospital en Faridabad, India, quejándose de convulsiones y dolor intenso en la cabeza, los médicos pudieron haber imaginado cualquier cosa que fuera la causa de estos eventos, pues son muchos los factores asociados a este tipo de alteraciones. Sin embargo, al momento de revelar los resultados en una resonancia magnética, no pudo haber sido peor que lo que encontraron: el encéfalo del hombre había sido invadido casi en su totalidad por quistes; pero no cualquier tipo de quistes, sino unos peculiares asociados a una enfermedad muy peligrosa conocida como neurocisticercosis. Los horribles resultados de la prueba de imagenología, mostraron que la corteza cerebral, el cerebelo y el tronco encefálico del paciente estaban llenos de larvas enquistadas, las cuales son conocidas como cisticercos.
La neurocisticercosis es una enfermedad producida por larvas de Taenia solium (llamadas cisticercos), las cuales se desarrollan (hablando específicamente de neurocisticercosis) en cualquier parte del sistema nervioso central. Para que se produzca la enfermedad, un humano tendría que consumir alimentos contaminados con huevos de dicho platelminto; un ejemplo clásico de contraer esta enfermedad es mediante el consumo de alimentos contaminados con heces de un humano parasitado por Taenia solium en el tubo digestivo (de ahí la importancia de la higiene en los establecimientos de comida y de su personal). La enfermedad inicia con la liberación de un pequeño organismo conocido como embrión hexacanto, proceso que es estimulado por los jugos gástricos del estómago, los cuales degradan la membrana externa del huevo parasitario.
La posterior migración del embrión hexacanto a los diferentes órganos del hospedero, propicia la evolución del mismo a la fase larvaria (en este caso, el cisticerco). De esta manera se produce una infección invasiva, en la que el humano funge como hospedero accidental. En cambio, si un humano llegara a consumir carne mal cocida contaminada con cisticercos, por ejemplo carne de cerdo (este animal funge como hospedero intermediario de Taenia solium), este desarrollará una teniasis como infección intestinal, en donde el cisticerco madurará a su etapa adulta (en este caso, el humano participará como hospedero definitivo) con el subsecuente desarrollo y eliminación de proglótidos repletos de huevos, los cuales son excretados en las heces. Estos pueden ser consumidos por un hospedero intermediario, cerrándose de esta manera el ciclo biológico del parásito.
Los casos de neurocisticercosis pueden ser fatales, y en este paciente de la India, desafortunadamente la infección estaba muy avanzada. Aunque sus médicos trataron de hacer lo posible para controlar la infección, desafortunadamente el paciente murió dos semanas después de su visita al hospital.
Este caso se informó en el New England Journal of Medicine, y lo puedes ver aquí.
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