La manera correcta de limpiar y lavar los mariscos, según la ciencia

Los mariscos han jugado un papel importante en la dieta de los humanos, teniendo un alto valor gastronómico y siendo las estrellas de un sinfín de creaciones que han surgido entorno al peculiar sabor de los productos del mar.

A pesar que los productos marinos implementados en la gastronomía son bastos, se pueden dividir en 3 grandes grupos: pescados, crustáceos y moluscos.

En estos 2 últimos grupos podemos encontrar camarones, langostinos, cangrejos y moluscos, como mejillones, almejas, pulpos, entre otros.

Este tipo de mariscos tienen un alto valor nutritivo, aportando al cuerpo humano vitaminas y minerales, así como ácidos grasos Omega 3, por ello el consumo de pescados y mariscos es una excelente fuente de proteína que los expertos recomiendan consumir con regularidad.

Sin embargo, existen riesgos entorno a estos alimentos, siendo intoxicaciones e ingesta de parásitos, las más comunes, por lo que se recomienda siempre consumir productos frescos y mantenerse en refrigeración, dado que es un producto que se descompone rápidamente.

En el caso de los moluscos, son uno de los grandes filos del reino animal, cuentan con un cuerpo blando que puede estar desnudo (como el caso de los pulpos o calamares) o protegido por una concha (ostiones, almejas, mejillones, entre otros).

La concha con la que cuentan estos últimos animales, están formadas por capas de carbonato de calcio en su mayoría y funge como una protección contra los depredadores. Estos caparazones quedan expuestos ante los agentes erosivos del medio acuático y los contaminantes que lo rodean.

También son estructuras donde se adhieren otras formas de vida, por eso es prescindible tener una excelente técnica de lavado que evite que al abrir la concha contamines el alimento. Para ello, te dejamos los pasos a seguir para lograr excelentes resultados.

Refrigeración

Lo primero que debes hacer es conseguir un producto fresco y de calidad, una vez que lo tengas deberás refrigerar inmediatamente o mantener con hielo, para evitar el deterioro del marisco.

Lavado

Para iniciar el lavado, deberás colocar tus moluscos bajo un chorro constante de agua, eliminando así, los granos de arena y suciedad superficial que puedan tener.

Cepillo o fibra

Con la ayuda de estos instrumentos, talla con cuidado toda la superficie de la concha, eliminando la mayor cantidad de suciedad y restos de algas adheridas.

Secado

Enjuaga con abundante agua fría y seca el exceso con ayuda de una franela.

Abrir

Con ayuda de la misma tela, toma con firmeza la parte más ancha de la ostra, dejando al aire la más angosta e introduce con cuidado un cuchillo especial para mariscos.  Es importante que rompas la unión (umbo) de las ostras aplicando un poco de fuerza y termines pasando el instrumento por toda la abertura de la ostra. Al momento de abrir los caparazones, algunos fragmentos de carbonato de calcio se pueden desprender, por lo que, puedes eliminar las impurezas enjuagando una última vez las conchas .

Ahora no queda más que emplatar o cocinar de forma habitual y disfrutar de este delicioso y nutritivo alimento.

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Alan Steve tiene una licenciatura en Bioquímica Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México y hace trabajo de investigación en la Unidad de Genética y Diagnóstico Molecular del Hospital Juárez de México. En internet, Alan es fundador de la comunidad Enséñame de Ciencia.