Un fósil de Triceratops revela que estos dinosaurios eran potentes combatientes
Los paleontólogos encontraron la causa de los agujeros en los cráneos de diversos Triceratops que no formaban parte normal de su estructura anatómica. Esta evaluación la realizaron específicamente con el fósil de Big John, uno de los ejemplares más grandes descubiertos en la Formación Hell Creek en Estados Unidos.
Este tipo de dinosaurios es bien conocido por tener dos grandes cuernos arriba de sus ojos y uno más pequeño sobre su nariz. La interpretación de esta peculiar anatomía describe que cumplía una función muy importante que iba más allá de caracterizarlos visualmente, en este sentido, los Triceratops utilizaban su ornamentación para proteger el cráneo ante golpes derivados de combate entre la misma especie, así como un medio de ataque en el mismo contexto.
Big John fue el protagonista de esta investigación debido a la curiosidad de determinar con pruebas científicas lo sugerido. Aunque éste no es el único dinosaurio de esta especie en el cual se encuentran agujeros anormales; se han reportado cráneos de Triceratops con similares lesiones craneales que suelen presentarse en un único lado de la cabeza con formas variables entre ovaladas y circulares.

El origen de estas alteraciones sugirió, en principio, dos hipótesis. La primera, referente a que son resultado de luchas entre organismos de la misma especie o por ataques de depredadores, como Tyrannosaurus, mientras que la segunda aboga por ser parte de la reabsorción ósea normal desarrollada por envejecimiento o remoción de hueso innecesario.
Sin embargo, este estudio demostró que los análisis macroscópicos, histológicos y químicos coinciden con el hecho de que los agujeros encontrados en la cabeza del dinosaurio son lesiones ocasionadas durante el combate. En este sentido, se encontraron características microscópicas que determinaron tejido óseo en remodelación que, junto con otras particularidades, determinaron que esto fue resultado de una lesión que se estaba curando al momento de la muerte del dinosaurio.
Además, los rasgo morfológicos demuestran que la lesión fue causada por el cuerno de otro Triceratops ya que coinciden en tamaño. Y, un modelo propuesto en el reporte, indica que probablemente la herida se hizo por detrás de Big John, ingresando el cuerno del Triceratops rival desde la parte trasera de su cráneo hacía adelante, esto debido a que se reconoce que los objetos puntiagudos, como los cuernos, generan lesiones bien definidas que depende de la forma de ingreso.
Finalmente se describe que, teniendo en cuenta los tiempos de curación de lesiones de reptiles modernos, es muy probable que Big John sobreviviera al ataque o combate con las lesiones derivadas de él, durante al menos 6 meses después.
De esta manera, este estudio otorga evidencia contundente de que los Triceratops mantenían enfrentamientos entre ellos, y, su forma de combate y protección se los concedía los cuernos tan característicos de la especie.
Se puede consultar el estudio completo en: Scientific Reports