¿Por qué los gatos siempre caen de pie? El misterio que atormentó a los científicos por siglos

La extraña razón del por qué los caen siempre de pie: un misterio que perduró por siglos.

Desde reconocidos ingenieros, historiadores y físicos, hasta personas del común como tú o yo. Seguramente todos en algún punto de nuestras vidas nos hicimos la pregunta de “¿por qué los gatos casi siempre caen de pie?” Pues déjame decirte que fue un misterio difícil de resolver ¡sigue leyendo para descubrirlo!

Por muy simple o irrelevante que parezca, la habilidad de los gatos para lograr caer de pie en circunstancias en qué otros animales jamás lo harían, fue un gran dolor de cabeza para la comunidad científica desde hace muchísimo tiempo. La maniobra que realizan estos felinos cuando se encuentran en el aire ha sido descrita como inusual y poco intuitiva al ojo humano, al punto de ser catalogada por muchos, como indescriptible.

Para el año 1700, es decir, 13 años después de que sir Isaac Newton publicara su reconocido trabajo “Principia Mathematica”, el tema ya era noticia. Fue el físico Antoine Parent quien publicaba en ese entonces, por primera vez, una investigación al respecto, según explica un artículo publicado por la BBC. En ella abarcaba no solo la cuestión del gato en sí misma, sino su relación con la física clásica, esencialmente con respecto a la rotación y comportamiento de objetos pesados.

Parent sugirió que los gatos, al igual que un bote, usaban la flotabilidad a su favor para caer de pie, argumentando que acomodaban su columna de tal manera, que los permitiese voltearse, ubicando el centro de gravedad justo sobre el centro de flotabilidad. Su hipótesis fue descartada debido a que la “flotabilidad era muy tenue cómo para afectar significativamente la caída del gato. No obstante, su investigación perduró en varios libros durante el siglo XIX.

Por otro lado, la física en general siguió avanzando y surgieron nuevos descubrimientos que fueron importantes para el misterioso fenómeno del “enderezamiento de los gatos”. Dos de los más importantes fueron: la ley de conservación de la energía (a inicios del siglo XIX) y la ley de conservación del momento angular (a mitad del siglo XIX).

Aunque la ciencia había avanzado a grandes pasos, otras “explicaciones” volvieron a ser refutadas más adelante. La cuestión aquí fue que los científicos se centraron mucho en la física de la caída, dejando un poco de lado la anatomía del gato en sí misma. Ellos analizaban sus hipótesis en base a cuerpos sólidos y rígidos, algo que no encaja con la descripción de un gato.

¿Entonces por qué caen de pie los gatos?

El artículo continúa explicando que los físicos obtuvieron su revancha en esta extensa batalla por una respuesta, puesto que, años después, desarrollaron nuevas teorías que encajaban mucho mejor. Entre ellas destacaba la que describen los filósofos G.G.J Rademaker y J.W.H ter Braak, a mediados del año 1935. Ellos pensaron en el gato como la unión de dos cilindros que puede rotar en dirección opuesta el uno del otro. Esto ocasiona que los momentos angulares se neutralicen o se cancelen entre sí y se genere un “equilibrio”.

Este audaz movimiento de doblar la parte inferior del cuerpo hacia un lado y la superior hacia el otro, es lo que hace que el gato caiga sobre sus patas. Pero esto todavía no acaba…

Según explica Martha Stewart en su sitio web, la agudeza de los sentidos de un gato también ayuda, estos son capaces de percibir un cambio en su equilibrio cuando empiezan a caerse. Gracias a esto pueden corregir rápidamente el problema girando el cuerpo -lo que se conoce como “reflejo de enderezamiento”- de la forma adecuada para aterrizar con éxito. “Sus espaldas son extremadamente flexibles en comparación con las de las personas, por lo que pueden manipular su cuerpo mucho mejor que nosotros durante una caída”, explica Kimberly Huston, DVM, directora del programa de tecnología veterinaria en la Universidad Estatal de Kent, campus de Tuscarawas. “Así pueden colocar las patas delanteras y la cabeza en posición para centrarse en un punto de aterrizaje mientras las traseras terminan de girar para completar el aterrizaje”.

Las investigaciones en el área han seguido evolucionando con los años, ya no solo en busca de más información sobre el movimiento del gato, sino en las aplicaciones que puede tener si podemos replicarlo nosotros los seres humanos. De hecho, existe un área de la robótica que se dedica a imitar la anatomía de los animales en busca de optimización en los movimientos. Por supuesto, el gato y su habilidad son llamativas, ¿te imaginas a un robot con los movimientos de un gato?

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