James Webb acaba de capturar un fenómeno estelar realmente extraordinario

El James Webb, el telescopio espacial más potente y sofisticado que los humanos han construido, no ha dejado de sorprendernos desde mediados del mes de julio, cuando la NASA reveló al mundo las primeras imágenes científicas de este potente instrumento. Desde ese entonces, los amantes de la astronomía y de la ciencia se han mantenido a la espera de cualquier nueva observación u hallazgo, y vaya que los ha tenido.

A partir del 12 de julio, que fue cuando se marcó el inicio de una gran odisea que se espera para el telescopio espacial James Webb (JWST), las observaciones y fotografías de este instrumento no han parado de protagonizar los periódicos de todo el mundo, y en esta ocasión no será la excepción, ya que el JWST ha capturado un fenómeno realmente fascinante del cual hablaremos a continuación.

Por ahora, disfruta de la nueva imagen del telescopio espacial James Webb, cuya observación forma parte del proyecto del Dr. Ryan M. Lau del Instituto de Ciencias Espaciales y Astronáuticas de Japón. Las imágenes fueron procesadas por dos científicas independientes: Melina Thévenot y Judy Schmidt.

Nueva imagen del telescopio espacial James Webb (JWST/MIRI/Judy Schmidt)

El JWST nos acaba de ofrecer una de las mejores vistas del WR 140, un sistema estelar binario en la constelación de Cygnus (El cisne), pero esto no es lo realmente sorprendente, sino el fenómeno que también se logró capturar.

Mientras que los haces azules que se observan en la imagen son un artefacto y, por lo tanto, no son reales, los arcos concéntricos rojizos que irradian hacía el exterior sí que lo son, y la aparente razón de su formación es realmente espectacular.

Las estrellas que conforman el sistema binario son una estrella masiva tipo Wolf-Rayet, llamada WR 140, que es 20 veces la masa de nuestro Sol, y una segunda estrella compañera, también masiva, de tipo O con una masa de 50 soles. Estas orbitan entre sí en una elíptica con un periodo de 7.9 años.

Ambas estrellas altamente luminosas emiten poderosos vientos estelares que, según describe ScienceAlert, soplan hacia el espacio a unos 3.000 kilómetros por segundo; cuando estos cuerpos estelares se encuentran en el periastro, es decir, el punto más cercano entre ellas, aproximadamente un tercio mayor que la distancia entre la Tierra y el Sol, se propicia la colisión de los vientos estelares de cada una, fenómeno que se puede observar a continuación:

Nota: El viento estelar es un flujo de partículas con cargas eléctricas positivas (iones) y negativas (electrones), expulsadas de la capa más externa de las estrellas.

Según se explica, esto produce dos situaciones, en primera, la emisión de radiación energética (como rayos X), y, como segundo fenómeno, se genera la formación de polvo a medida que se enfría el material en el viento estelar en colisión.

Cuando el polvo se aleja del par orbital expulsado por el viento estelar, se puede formar una nebulosa, en este caso, como expansiones de las capas de polvo, cada una de las cuales se expanden y se enfrían a medida que son expulsados, perdiendo calor y densidad, lo que permite observar eso arcos concéntricos.

De esta manera, se específica que «debido a que la órbita de la estrella binaria tiene un período de 7,9 años, la colisión del viento y la producción de polvo ocurren como un reloj cada 7,9 años. Esto significa que puedes contar los anillos de la nebulosa alrededor del binario, como los anillos de los árboles, para determinar la edad de la capa de polvo visible más externa».

Si observas a detalle la imagen, podrás contar alrededor de 20 años, «lo que significa que puedes ver alrededor de 160 años de capas de polvo en la imagen de Webb».

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