¿Te hace daño la leche entera? Esta es la razón, según la ciencia
Si tienes más de 20 años, probablemente te haya pasado que después de consumir leche entera o algún producto que con tenga este alimento, hayas tenido síntomas como diarrea, inflamación intestinal, cólicos o gases.
El malestar que se experimenta es muy incómodo, los síntomas varían en cada persona, este cambio puede ser muy repentino en muchas personas y puede cambiar su forma de vida y la dieta que llevan. Puesto que vivir repetidamente los síntomas que comentamos arriba, no es nada agradable. Es probable que las personas que experimenten estos malestares padezcan algo llamado “intolerancia a la lactosa”.
Este padecimiento puede ocurrir a distintas edades, también está relacionado con la genética y hay clasificaciones médicas para determinar sus causas.
El día de hoy te platicaremos cómo ocurre este proceso y las alternativas que hay para estas personas.
La lactosa
Es un tipo de azúcar llamado disacárido, debido a que está compuesto por dos azúcares más simples que son la glucosa y la galactosa, los cuales son fuentes de energía rápidas que nuestro cuerpo puede ocupar.
La lactosa está presente en la leche de varios mamíferos y se relaciona también con una alta cantidad de proteínas y ácidos grasos. La leche materna es la que más contiene este azúcar, hasta 7 g/100 ml.
Para poder digerir este azúcar, las personas necesitamos una enzima llamada lacatasa, esta enzima se encarga de hidrolizar (romper las uniones entre la glucosa y la galactosa).
Esta enzima se produce en las células del intestino delgado, llamadas “enterocitos” y se libera en el intestino para que lleve a cabo su actividad.
La actividad de esta enzima está muy marcada en los recién nacidos, luego comienza a decaer conforme los bebés van creciendo. Ya en la edad adulta la enzima y su actividad, decaen a niveles muy bajos.
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia es la incapacidad parcial o total para digerir la lactosa. Los médicos llaman hipolactasia cuando la actividad de la enzima es muy baja y alactasia cuando esta enzima no tiene actividad alguna.
Clasificación
La intolerancia a la lactosa se clasifica en tres categorías primordiales:
- Intolerancia congénita: Se considera como un error metabólico muy poco frecuente, los pacientes que lo manifiestan nacen sin la actividad la enzima lactasa o con una actividad muy reducidad, que permanecerá a lo largo de toda su vida. Este error genético es de tipo autosómico recesivo.
- Deficiencia primaria: ocurre en los primeros años de nacimiento, se le llama también como hipolactasia de adulto. En estas personas, la edad de la pérdida de esta enzima está maracada por la genética puede ocurrir desde los 2 años hasta los 14 años.
- Deficiencia secundaria: este tipo de intolerancia ocurre en personas con actividad normal de la enzima lactasa, pero por la afectación de la mucosa intestinal por el consumo de medicamentos u otras enfermedades que alteran la capacidad enzimática. En estos casos la afectación puede ser temporal y reversible.
Recomendaciones
La recomendación principal es no consumir leche entera, optar por leche deslactosada (el producto tiene añadido lactasa).
Revisar bien las etiquetas de los productos, a veces la lactosa puede venir oculta entre los ingredientes.
Si es estrictamente necesario tomar leche entera, procurar que no rebase los 120mL, ya que es el límite recomendado.
Los productos que se pueden consumir para no perder los nutriente como el calcio y las proteínas, son: los quesos (añejados o frescos), el yogurt, mantequilla de leche y también se podría incluir la leche de cabra.