Más de 5,000 virus han sido descubiertos acechando en los océanos
El día de ayer fue publicado en la revista Science el estudio realizado por un amplio número de investigadores con la participó de la expedición de Tara Oceans que es una fundación francesa dedicada al estudio del océano y en el cual reportaron el hallazgo de más de 5000 virus de ARN que eran desconocidos.
Esto se logró a partir del análisis de muestras de agua de océanos de todo el mundo que se reporta como un proyecto de 4 años por Tara Oceans. A grandes rasgos el estudio se basó en la identificación de la secuencia de un gen que codifica para una proteína denomina ARN polimerasa dependiente de ARN (RdRp), y, aunque es específica de esta clase de virus, las pequeñas diferencias encontradas mediante el análisis genético pueden determinar diferencias significativas.
El análisis identificó 44,000 genes diferentes que codifican para la proteína RdRp, posteriormente esta información se utilizó para curar y determinar, mediante sistemas automatizados y con árboles genealógicos ya descritos que reconocían qué tan estrechamente relacionados filogenéticamente hablando se encontraban unos de otros, que esto correspondía a 5500 virus ARN nuevos encontrados en el mar alrededor del mundo que no se pudieron clasificar en ninguno de los tipos ya conocidos.
Con este hallazgo se expande ampliamente el conocimiento de los virus ARN, en primera instancia en cuanto a su taxonomía al proponer con esta información 5 nuevos filos que expande este nivel de clasificación a 10, todos dentro del reino Orthornavirae, los cuales son: Taraviricota, Pomiviricota, Paraxenoviricota, Wamoviricota y Arctiviricota, reconociendo a su vez nuevas clases dentro de cada filo.
Además, con esta información se logró determinar lo que podría ser el “eslabón perdido” (Taraviricota) en la evolución de los virus que, en términos simples, significa que potencialmente es el antecesor de dos diferentes virus ARN que evolucionaron en caminos diferentes. Esto, no solo nos proporciona información sobre la propia evolución de los virus, sino que, podría mejorar nuestro conocimiento de la vida temprana en la tierra y cómo ésta fue alcanzando tal complejidad para generar organismos pluricelulares.
Otro punto importante por considerar es el hecho de este tipo de microorganismos o partículas (dependiendo el juicio del lector) no solo generan enfermedades en humanos e incluso en otros organismos, sino que, al igual que todo lo biótico y abiótico, forman parte indispensable de los ecosistemas que habitan al mantener el equilibrio y las condiciones de vida como hoy las conocemos, en este caso específico, en el mar. Un ejemplo de ello es que podrían ayudar a controlar la propagación de otros tipos de organismo como las bacterias, que es un efecto que ya conocemos en otros virus.
Por último, aunque ahora se reconocieron este número de virus ARN, el siguiente paso es distinguir sus particularidades estructurales y ciclos de vida que nos ayuden a comprender su historia evolutiva, la de la tierra y su importancia ecológica en nuestro entorno.
El reporte completo lo puedes consultar en Science.