Probablemente los astrónomos han observado por primera vez a una estrella devorar un agujero negro.
El cosmos es un lugar sumamente misterioso e intrigante. Tan solo en el último siglo hemos aprendido más del universo observable, y esto se debe a los avances tecnológicos, con los cuales se han podido estudiar muchos de los fenómenos astronómicos que resultan de gran interés dada su naturaleza física.
Entre los eventos que más asombran a los cosmólogos, son los que ocurren en los sistemas binarios (formados por dos estrellas), pues a partir de ellos se han podido elucidar muchos aspectos físicos, y comprobar teorías tan impresionantes dentro de la física, como la existencia de las ondas gravitacionales, o de los agujeros negros.
Ahora, los astrónomos han descubierto lo que parece ser un nuevo fenómeno cosmológico, y de ser correcto, sería la primera evidencia de un raro evento estelar, en el que una estrella grande devora a una estrella de neutrones, o a un agujero negro.
Los sistemas binarios no son cosa novedosa. Desde el siglo pasado se infería sobre su existencia, pero solo en las últimas décadas hemos comprobado que realmente existen. Por lo regular, estos se encuentran formados por una estrella de masa intermedia que orbita alrededor de una de mayor densidad (como una enana blanca o una estrella de neutrones). Esta relación frenética puede durar millones de años, hasta que la más densa termina por devorar a su compañera, produciendo fuertes emisiones de radiación y perturbaciones en el espacio (así es como se ha comprobado la existencia de ondas gravitacionales).
Pero ahora, los científicos han evidenciado la primera prueba sólida de un raro canibalismo cósmico doble, en el que un agujero negro o estrella de neutrones es devorado por una estrella de mayor tamaño. El evento fue presenciado gracias al trabajo en conjunto de dos observatorios, el Very Large Array, un radiotelescopio que consta de 27 enormes antenas en el desierto de Nuevo México, y el Observatorio WM Keck en Hawai.
Gracias a los datos recopilados, el astrónomo Dillon Z. Dong y su equipo, formularon una hipótesis sobre la fuente y origen de una explosión de energía tan brillante ocurrida en una galaxia enana formadora de estrellas a aproximadamente 500 millones de años luz de distancia.
Su hipótesis es la siguiente: hace millones de años, un sistema estelar binario nació orbitando entre sí; uno de ellos sucumbió como supernova, dando origen a un agujero negro o a una estrella de neutrones (un cadáver de estrella). A medida que la gravedad acercó los dos objetos, la estrella muerta entró en las capas externas de su hermano estelar más grande, para después engullir su núcleo, para finalmente provocar la explosión de la estrella mayor, lo que generó luz óptica y de radio, detectadas por los dos observatorios antes mencionados.
Si bien los teóricos han imaginado previamente tal escenario, el cual ha sido apodado como “supernova de colapso del núcleo provocada por fusión”, esto parece representar la primera observación directa de este fenómeno, explica el Dr. Dong, de la División de Física y Astronomía del Instituto de Tecnología de California.
Este descubrimiento abre las puertas a una búsqueda intensa de fenómenos de este tipo.
La investigación ha sido publicada en la revista Science.