La peligrosa razón por la que un huevo flota en el agua, ¡deshazte de ellos de inmediato!

La pregunta de por qué un huevo flota en un vaso de agua ha desconcertado a muchas personas a lo largo del tiempo. A simple vista, este fenómeno podría parecer un truco de magia culinario, pero en realidad, está arraigado en principios químicos fundamentales que tienen un impacto en nuestra vida cotidiana.

La curiosidad es una parte intrínseca de la naturaleza humana y nos impulsa a cuestionar los misterios que nos rodean, incluso aquellos aparentemente simples, como el enigma de por qué un huevo flota en un vaso de agua. A menudo, nos encontramos con este fenómeno en la cocina o en experimentos caseros, y nos preguntamos qué lo causa. Este misterio, que parece desafiar las leyes de la física, encuentra su respuesta en un concepto fundamental: la densidad.

La densidad es un concepto crucial para entender por qué los objetos flotan o se hunden en líquidos como el agua. Podemos pensar en la densidad como una medida de cuánta “materia” está compactada en un espacio determinado. En términos más simples, es como cuánto “peso” tiene algo en relación con cuánto espacio ocupa. Para comprender el misterio del huevo flotante, es esencial tener una comprensión básica de este concepto.

Un huevo de gallina, un alimento versátil y omnipresente en muchas cocinas, consta de tres partes principales: la cáscara, la clara y la yema. Lo que causa que un huevo flote o se hunda en un vaso de agua está relacionado con las diferencias de densidad entre estas partes.

La cáscara del huevo, esa capa protectora y sólida que todos conocemos, es menos densa que el agua. Sin embargo, esta diferencia en densidad no es lo suficientemente grande como para hacer que el huevo flote de inmediato. Luego tenemos la clara, la parte líquida y transparente del huevo. Aunque la clara es más densa que la cáscara, aún es menos densa que el agua. Sin embargo, la yema y la clara juegan un papel interesante en este misterio.

La yema y la clara del huevo son, en conjunto, más densas que el agua. Entonces, ¿por qué el huevo flota? La respuesta radica en el tiempo y en los cambios químicos que ocurren en el interior del huevo a medida que envejece. Con el tiempo, la cáscara del huevo es porosa y permite que el aire penetre. Esto, a su vez, provoca la liberación gradual de gases, principalmente dióxido de carbono, tanto en la yema como en la clara. La acumulación de estos gases reduce la densidad del huevo en su conjunto, haciendo que sea menos denso que el agua y, por lo tanto, capaz de flotar.

Entonces, ¿qué nos dice este fenómeno sobre nuestros huevos y su frescura? En esencia, un huevo que flota en un vaso de agua nos indica que tanto la yema como la clara han experimentado cambios químicos con el tiempo y han acumulado suficientes gases como para volverse menos densas que el agua circundante. En otras palabras, es una señal de que el huevo no está fresco.

FUENTE: Fundación Aquae

Una de las aplicaciones prácticas de este conocimiento es la capacidad de verificar la frescura de los huevos en casa. Si alguna vez te has preguntado si un huevo es adecuado para el consumo, este sencillo truco puede ayudarte a determinarlo. Los huevos frescos tienden a hundirse en el agua, ya que tanto la yema como la clara aún no han liberado suficientes gases como para hacer que el huevo flote. Por otro lado, los huevos menos frescos tienden a flotar más cerca de la superficie debido a la acumulación de gases en su interior, lo que indica que el huevo está en proceso de descomposición.

Este sencillo experimento casero no solo nos proporciona una respuesta a un enigma aparentemente simple, sino que también nos brinda una herramienta útil para verificar la frescura de nuestros huevos en la cocina. La próxima vez que te encuentres con un huevo flotante, recuerda que la química y la densidad están en juego, y que este pequeño truco puede revelarte mucho sobre la frescura de tus huevos.

Comparte ciencia, comparte conocimiento.

Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.