Científicos reportan que un químico contenido en productos de limpieza puede provocar Parkinson

Diariamente estamos en contacto con diversas sustancias químicas que utilizamos para diversas finalidades, tales como: productos de aseo personal, perfumes, productos de limpieza, productos de desinfección, productos para automóviles, entre otros.

La mayoría de estas sustancias, cuando se manipulan bajo las condiciones recomendadas por el fabricante y utilizando el material apropiado como guantes y protección respiratoria, no se deben presentar complicaciones ni mucho menos reacciones adversas.

Sin embargo, algunas veces las personas que están en contacto con estas sustancias, están tan familiarizados con estos químicos que olvidan utilizar el material de protección adecuados.

En un estudio reciente publicado en la revista Journal of Parkinson’s Disease, científicos reportaron que una sustancia química muy utilizada, está promoviendo la enfermedad de Parkinson. Esta sustancia se ha empleado por más de 100 años en el proceso para descafeinar el café, secar la ropa y desengrasar metales.

El estudio fue respaldado por un gran número de investigadores en los cuales están neurólogos del Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC), el Centro Médico de la Universidad de Radboud; el Centro de Experiencia en Parkinson y Trastornos del Movimiento de Nimega, Países Bajos; el Instituto Weill de Neurociencias, Departamento de Neurología de la Universidad de California-San Francisco y el Centro de Neurodegeneración y Terapéutica Experimental del Departamento de Neurología en Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos; todos ellos reportaron que el sustancia llamada Tricloroetileno o TCE, es un factor detonante de la enfermedad de Parkinson.

¿Qué es la enfermedad llamada Parkinson?

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta el sistema nervioso central, especialmente las células nerviosas que producen dopamina en el cerebro. Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1817 por el médico inglés James Parkinson.

Los síntomas del Parkinson incluyen temblores en las extremidades, rigidez muscular, lentitud de movimientos y dificultades para mantener el equilibrio y la postura. Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo, lo que puede dificultar la realización de actividades cotidianas y afectar la calidad de vida.

La relación entre el Parkinson y la TCE

De acuerdo con el informe científico, hace más de 50 años que se relacionó por primera vez que relacionó la TCE con el Parkinson, en una investigación en donde se emplearon modelos biológicos como ratas y ratones y se demostró que la TCE puede ingresar muy fácilmente al cerebro y al tejido corporal. En concentraciones altas de sustancia, puede provocar a las mitocondrias, que son los organelos de las células donde se produce energía.

En los resultados de la experimentación con animales se encontró que hay una pérdida selectiva en las células nerviosas productoras de dopamina, estas es una característica importantísima de la enfermedad de Parkinson en humanos.

Personas afectadas

En el paper se describen 7 casos de personas en las que el TCE pudo ser un factor que desarrolló el Parkinson. La evidencia apunta la relación entre las exposiciones al TCE por décadas y la aparición de la enfermedad. En el estudio se incluyó al jugador de básquet profesional Brian Grant, que jugó durante 12 años en la NBA y fue diagnosticado con Parkinson a los 36 años. Se describe que Grant estuvo expuesto a TCE cuando tenía tres años y su padre, que era un marine estaba asentado en Camp Lejeune.

Sobre el Tricloroetileno o TCE

El tricloroetileno (TCE) es un compuesto químico orgánico que se utiliza principalmente como solvente industrial. Es un líquido incoloro con un olor dulce y penetrante. El TCE es soluble en agua y en la mayoría de los disolventes orgánicos, y es inflamable en concentraciones de vapor de aire superiores al 3%.

El TCE se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones industriales, incluyendo la fabricación de productos químicos, la producción de plásticos, la limpieza de metales y la eliminación de grasas y aceites de maquinaria. También se utiliza como solvente de extracción en la industria alimentaria.

Sin embargo, el TCE es un contaminante ambiental preocupante debido a su toxicidad y su persistencia en el medio ambiente. La exposición prolongada al TCE puede causar daño hepático, renal y nervioso, así como problemas respiratorios y dermatitis. También se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer, especialmente de cáncer de hígado y de riñón.

Debido a estos riesgos para la salud, se están tomando medidas para reducir la exposición al TCE. En algunos países, como Estados Unidos, se han establecido regulaciones para limitar el uso del TCE y se están explorando alternativas más seguras.

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