Desde Australia hasta Ecuador, las ballenas jorobadas en todo el Pacífico están conectadas entre sí por un canto común
El intrigante mundo subacuático no deja de sorprender y, es que es poco lo que se sabe de ese encantador ambiente que se esconde bajo el agua.
El ser humano esta estrechamente relacionado con el mar, desde el inicio de asentamientos humanos, mitología alrededor de él, fuente de diversos recursos como el alimento y una de las razones más importantes, como vía de transporte.
Durante años se ha buscado tener una mayor comprensión sobre la cadena trófica que existe y las interrelaciones que se llevan a cabo dentro de una comunidad; al igual que entender cómo es que algunas especies que recorren el mundo a través de los océanos, siempre saben a dónde volver, cómo si estuvieran comunicadas a enormes distancias.
Es por eso que, diversos investigadores se han apoyado en el método científico y han dedicado su vida a la observación de comunidades en particular que les ayude a poder dar una explicación de la conducta animal.
Dentro de los grupos más estudiados se encuentran los cetáceos. Estos mamíferos han sido extensamente cazados en el pasado por los recursos que se obtenían de ellos; llevándolos casi al borde de la extinción.
Estos mamíferos marinos han generado asombro en la población, siendo incluidos considerados como atractivos turísticos en diferentes países, dónde miles de turistas pagan por la oportunidad de poder observar a los ejemplares.
Lo cierto es que, el asombro se traslada también al gremio científico. Durante un largo periodo de tiempo se investigó la forma de comunicación, esto ha llevado a descubrir que las ballenas jorobadas en el Pacífico están conectadas entre sí por un canto común.
Así se dio a conocer en un estudio publicado en la revista Royal Society Open Science, en dónde se demostró que, las ballenas tienen una especie de red de canto, utilizada para comunicarse entre sí en busca de recursos alimenticios y zonas de descanso, uniendo así a diferentes grupos de cetáceos a través de las profundas aguas del océano Pacífico.
Los machos (Megaptera novaeangliae), transmiten su conocimiento de generación en generación, a través de una serie de repetitivos cantos.
Durante el monitoreo se tiene estandarizado que la mayoría de los machos de una población repite los mismos cantos, por lo que fue fácil detectar una anomalía en el comportamiento de grupos de individuos en el Pacífico sur, dónde, se ha visto una sustitución relativamente rápida de un canto a otro, proveniente de una comunidad vecina.
Las ballenas por medio del canto, tienen la capacidad de reconocer a los miembros de su familia, al realizar sonidos específicos, de acuerdo a lo que se ha observado desde Australia hasta la Polinesia francesa.
Los investigadores reportaron que, en las zonas de reproducción cercanas al Ecuador, las ballenas jorobadas, comparten un canto en común, con otros miembros fuera de su familia; aunque cada grupo tiene un sonido específico con el que pueden elegir a su pareja ideal en la época de apareamiento.
De acuerdo con Science Alert, el complejo lenguaje que llevan a cabo cada ballena es tan complejo que se compara con piezas de jazz y cada sonido emitido de manera particular en distintos tonos es llamado tema. Los cetáceos pueden emitir diferentes temas en una misma canción.
Cada cierto tiempo, los machos suelen cambiar por completo los temas y por ende las canciones, obteniendo como resultado, atraer nuevas parejas. Demostrando que diferentes poblaciones de ballenas jorobadas comparten los mismos cantos, aunque se encuentren separadas por miles de kilómetros.
Por lo que, de acuerdo a los expertos, «El estudio de la cultura del canto de las ballenas jorobadas, arroja luz sobre los mecanismos subyacentes del aprendizaje social y la evolución cultural en animales».
Más información en: Royal Society Open Science