Cáncer cerebral: cambios en la visión que le advierten de un tumor en crecimiento
El cáncer cerebral no se presenta tan frecuentemente en los humanos ni es considerado uno de los tipos de cáncer más común, sin embargo, al igual que todas las afecciones de esta clase, es vital reconocerlas y estar al pendiente de los síntomas que nos podrían alertar de que algo inusual está creciendo en nuestro organismo.
A pesar de su baja frecuencia en los humanos, se estima que en los niños los tumores cerebrales representan la segunda causa de muerte por cáncer, solo después de la leucemia. Por su parte, en la población adulta el tumor de cerebro más común (glioblastoma), puede reducir su vida de 1 a 5 años. Estas estimaciones son realmente preocupantes, de esta manera, es fundamental detectar los inicios tempranos este tipo de cáncer.
En realidad, el cáncer de cerebro abarca un amplio grupo de diversos tumores que se distinguen por las diferentes células del órgano que ataca, además, se consideran dos grupos dentro del cáncer cerebral: aquéllos que se presentan como una lesión cancerígena primaria en el cerebro y aquéllos que se originan tras la metástasis de cáncer en otras partes del cuerpo.
Del cáncer de cerebro que se presenta como lesión primaria los más frecuentes son el meningioma, que ataca unas membranas que recubren este órgano conocidas como meninges y el gliobastoma, que afecta a unas células cerebrales conocidas como astrocitos, cuya función en general es dar soporte al tejido cerebral. Por su parte, los tipos de cáncer más comunes que propician metástasis en el cerebro son el cáncer de pulmón, mama y piel.
Sin importar el tipo específico de cáncer cerebral por el cual el paciente cursa, se pueden distinguir ciertos signos y síntomas de inicio temprano. Estas manifestaciones son provocadas por la masa anormal (tumor) que crece en el cerebro y que causa un aumento en la presión del órgano que se debe a su propia presencia o a la inflamación y bloqueo de flujo derivado.
De esta manera, uno de los síntomas más característicos a tomar en cuenta que se produce por el aumento en la presión craneal, es el cambio en la visión del individuo que altera su lucidez visual y puede provocar que comúnmente choque con objetos o personas sin entender la razón, ya que el campo de visión se perturba y ser torna borroso, asimismo, hacer actividades como leer o ver televisión pueden ser peculiarmente difíciles de realizar.
Otros síntomas que se pueden presentar son: dolor de cabeza que tienden a empeorar con el tiempo, náuseas, vómitos, problemas con el equilibrio, somnolencia, convulsiones, cambios repentinos en la personalidad o el comportamiento, falta de coordinación, debilidad o adormecimiento en alguna parte del cuerpo y hasta problemas con el lenguaje.
En conjunto, estas señales nos podrían advertir de la presencia anormal de un tumor creciendo en nuestro cerebro que puede ser benigna, en aproximadamente el 66%, o maligna, estimando un 44%. En cualquiera de los casos, la atención médica con un especialista es indispensable ya que, como pasa con todos los tipos de cáncer, la detención temprana permite tener mayores opciones de tratamientos y un mejor pronóstico de la enfermedad.