Científicos reportan cómo la depresión afecta a células de tu sistema inmunológico
A pesar de la incidencia y prevalencia mundial de los trastornos depresivos que los cataloga como una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, el conocimiento de sus mecanismos biológicos aún no se dilucida del todo. Hoy en día se consideran trastorno complejos y multimodales tanto en la manifestación clínica de cada individuo como en las causas subyacentes que las acompaña.
Esto dificulta en primera instancia, el diagnóstico de la enfermedad para el cual aún no existe un marcador biológico específico, sino que se realiza mediante test con diferentes escalas para evaluar un trastorno depresivo. En el ámbito del tratamiento se tiene el mismo panorama en el cual se reporta una cantidad muy importante de personas con depresión (de cualquier tipo) que no responde a los tratamientos farmacológicos de primera línea en conjunto con la psicoterapia.
En ese sentido se ha trabajado arduamente para encontrar los mecanismos moleculares que expliquen estos trastornos y, aunque al paso de los años se ha sumado evidencia que apunta a tal o cual proceso biológico, en realidad se considera hoy en día que hay una red grande de procesos interconectados que se implican en la patología. El estudio por abordar es presumiblemente el primero en determinar que pacientes con trastornos depresivos y, en particular, el trastorno depresivo persistente, se asocian con un aumento significativo de la deformabilidad de las células inmunitarias respecto a los controles, pero ¿Qué significa esto?
Se ha reportado que una forma de evaluar el estado de salud de las células es a través del análisis de parámetros morforreológicos que se refieren al tamaño y la deformabilidad celular, ambas implicadas en la mecánica celular. Todas las células de nuestro organismo tienen un tamaño y elasticidad normal y variado dependiendo el tipo celular, de tal forma que si estos cambian pueden alterar el desarrollo de sus funciones.
Se cree que la deformabilidad encontrada en las células sanguíneas en este estudio se debe a dos características biológicas de los trastornos depresivos: la inflamación crónica asociado con niveles elevados de citocinas inflamatorias y una actividad exacerbada eje hipotalámico-pituitario-adrenal que produce un aumento en glucocorticoides.
En particular los glucocorticoides tienen la capacidad de remodelar una parte de la célula denominado citoesqueleto que le proporciona estructura y, al hacerlo, las “suavizan” además, afectan el metabolismo, la composición de los lípidos y formación de la membrana celular; finalmente esto produce un ablandamiento que afecta la función de las células inmunitarias que se encuentran en la sangre.
Este hallazgo se suma a la evidencia que determina un sistema inmunológico alterado en pacientes con trastornos depresivos los cuales muestran un recuento elevado de células inmunitarias y, en conjunto con los hallazgos aquí encontrados, se apunta hacía un sistema inmunitario hiperactivo o persistente que juega un rol importante para los mecanismos biológicos en los trastornos depresivos, ampliando de este modo la compresión que hasta ahora se tiene de las causas moleculares de este tipo de patologías.
Asimismo, se espera que el conocimiento de este mecanismo y su profundización puede guiar a nuevas posibilidades de terapia en las cuales se incluya restaurar la mecánica celular alterada y su disfunción derivada.
Se puede consultar el reporte completo en: Translational Psychiatry