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Esta era la pieza más débil del ajedrez que ya no existe por culpa de la reina Isabel

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La historia del ajedrez es un juego en constante evolución, al menos así era en el antiguo mundo, donde cada pieza tiene su propia historia que contar. Entre estas piezas, hay una figura antigua y olvidada que una vez tuvo su lugar en los tableros de juego: la alferza. Aunque hoy en día es poco más que una nota al pie en los libros de historia del ajedrez, su historia merece ser recordada y valorada.

La alferza, conocida también como fiz, ferz o firzan, era una figura modesta pero importante en el antiguo juego de ajedrez. Su nombre, derivado del árabe clásico «firzān«, refleja su papel como guardián del rey en el tablero. Este humilde consejero real se movía con más cuidado, avanzando solo una casilla en diagonal, excepto en su primer movimiento, donde tenía una libertad algo mayor.

A pesar de sus limitaciones en movimiento, la alferza desempeñaba un papel significativo en el juego, representando la figura de un visir o consejero cercano al rey. Su presencia junto al monarca simbolizaba la importancia de la estrategia y la planificación cuidadosa en el juego del ajedrez.

La primera mención de la alferza en idioma castellano más o menos los puedes hallar hace algunos siglos en “Libros del ajedrez, dados e tablas” de Alfonso X el Sabio, lo que demuestra su arraigo en la historia del ajedrez español. Sin embargo, su destino estaba marcado para cambiar con el tiempo y la evolución del juego.

Fue entonces que en la España de los reyes católicos donde la alferza encontró su destino final. En honor a la reina Isabel de Castilla, una figura admirada por su dedicación y determinación en la resolución de los problemas de su reino, se decidió reemplazar la modesta alferza con una pieza mucho más poderosa y dinámica: la dama o reina.

FUENTE: Páginas Árabes

El cambio fue propuesto por el experto ajedrecista Francesch Vicent, de Segorbe, quien vio en la figura de la reina Isabel el espíritu audaz y decidido que necesitaba el juego del ajedrez. La dama, con su capacidad para moverse en todas direcciones, simbolizaba el poder y la libertad que la reina Isabel encarnaba en su reinado.

Así, la alferza fue relegada al olvido mientras la dama tomaba su lugar en los tableros de ajedrez de todo el mundo. Aunque su presencia ya no se siente en el juego, su legado perdura en las páginas de la historia del ajedrez. Pero surgió un nuevo legado: La dama con los movimientos más poderosos y que aún conserva el ajedrez moderno. Hoy en día, la alferza es poco más que una curiosidad histórica, si bien, aún los conservan los juegos más antiguos, hoy en día en desuso, pero sabemos que quien la relevó hoy en día ocupa su puesto a un lado del rey. Sin duda, una pieza que será recordada solo por los aficionados más devotos del juego.

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Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.

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