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Por qué le decimos «guantera» al compartimento del auto donde guardas documentos

FUENTE: Getty Images

Los nombres que damos a las cosas pueden ser, irónicamente distintos como su propia función. ¿Por qué llamamos a un objeto de una manera que parece completamente desconectada de su propósito actual? Este es el caso de la «guantera» en los automóviles.

Imagínate este escenario: te encuentras frente al volante de un automóvil y le dices a tu copiloto que te pase un documento en el compartimento ubicado en el panel frontal, y que lo abra. Dentro, no hay guantes, pero si encontró esos documentos importantes del vehículo, además de una linterna, un chaleco reflectante o incluso una caja de pañuelos.

Entonces, ¿por qué este espacio se llama «guantera» si rara vez tiene guantes?

La respuesta nos lleva a una época en la que los automóviles eran muy diferentes a los que conocemos hoy. Cuando apenas se fabricaban los primeros autos, estos estaban lejos de ser los cómodos y seguros medios de transporte que son ahora. En aquel entonces, los automóviles eran más como máquinas ruidosas y toscas, propensas a problemas mecánicos y peligros potenciales.

La guantera, o «glove compartment» en inglés, debe su nombre a una era en la que los guantes eran necesarios para conducir. ¿Por qué? Porque los primeros automóviles, impulsados por motores de vapor, emitían calor intenso y, en consecuencia, podrían causar quemaduras si uno no tenía protección adecuada en las manos. En esos días, llevar guantes no era una opción elegante, sino una necesidad práctica para la seguridad del conductor.

Con el tiempo, los automóviles evolucionaron, pero el nombre «guantera» persistió. A medida que los motores de vapor dieron paso a los motores de gasolina y los sistemas de calefacción reemplazaron las calderas incandescentes, los guantes se volvieron menos esenciales para la conducción diaria. Sin embargo, el término arraigado en la cultura automotriz y se convirtió en una parte inseparable del vocabulario relacionado con los vehículos.

Hoy en día, es raro encontrar guantes en la guantera de un automóvil moderno. En su lugar, esta pequeña caja se ha convertido en un espacio de almacenamiento conveniente para documentos importantes, herramientas útiles y otros elementos esenciales para el viaje. Sin embargo, a pesar de su evolución en términos de uso, el nombre «guantera» sigue siendo el mismo.

Las ardientes calderas en los primeros automóviles calentaban la mayor parte de los metales del auto, por eso eran indispensables los guantes de protección. FUENTE: Ok Diario.
Otras palabras en las que su nombre no coincide con su función

Este fenómeno lingüístico no es exclusivo del mundo automotriz. En muchos casos, los nombres de las cosas persisten incluso cuando su función ha cambiado drásticamente. Por ejemplo, consideremos la «lámpara de gas«. Hoy en día, estas lámparas rara vez funcionan con gas, en su lugar, la mayoría son eléctricas. Sin embargo, el nombre «lámpara de gas» se ha aferrado a ellas, recordándonos su herencia y evolución tecnológica.

Del mismo modo, en este mundo completamente digital, seguimos hablando de «grabar» un video o «marcar» un número de teléfono, a pesar de que estas acciones ahora se realizan mediante dispositivos electrónicos en lugar de cintas magnética. Y está bien, esto nos da a entender que el lenguaje conserva todos los vestigios del pasado y su originalidad en su función, aunque ya no tenga esa función.

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Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.

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