¿Qué significa cada elemento de la ofrenda de Día de Muertos para los mexicanos?
El Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de México, es una celebración que honra y recuerda a los seres queridos que han fallecido. Esta festividad, con raíces en la herencia prehispánica, combina elementos indígenas y católicos, creando una rica y conmovedora tradición que se lleva a cabo anualmente los días 1 y 2 de noviembre. Aunque a simple vista podría parecer un ritual lúgubre, el Día de Muertos es todo lo contrario; es una celebración llena de vida, color y significado.
El corazón del Día de Muertos es la ofrenda, un altar cuidadosamente decorado que se monta en los hogares, los cementerios y otros lugares públicos. Estas ofrendas tienen varios niveles, cada uno con un propósito y significado específico. Aunque no existe un número fijo de niveles, comúnmente se utilizan de tres a siete. Aquí te contamos el significado de cada nivel:
Nivel 1: La imagen del santo o santa al que se le tiene devoción.
En este nivel, se coloca una figura religiosa que representa la fe de la familia, sirviendo como guía espiritual.
Nivel 2: Ánimas del purgatorio.
Aquí, se incluye una imagen de las ánimas del purgatorio, simbolizando la ayuda a las almas en su tránsito hacia la paz eterna.
Nivel 3: La sal.
La sal es un elemento esencial para evitar la corrupción del cuerpo y purificar el espíritu del difunto.
Nivel 4: Pan de muerto.
Este pan redondo, con tiras de masa que simbolizan los huesos, y una bolita en el centro que representa el corazón del difunto, es un elemento fundamental que evoca la eucaristía en la liturgia católica. El azúcar espolvoreado sobre el pan recuerda el polvo que se coloca en las ofrendas para calmar la sed de las almas.
Nivel 5: Platillos, frutas y dulces.
Este nivel está repleto de los alimentos que solían gustar al difunto. Es una invitación para compartir un banquete simbólico con los seres queridos fallecidos.
Nivel 6: Fotografía del difunto y veladoras.
La fotografía del difunto se coloca junto a veladoras para guiar su camino de ida y regreso, iluminando su travesía.
Nivel 7: La cruz.
La cruz se atribuye a la expiación de las culpas del difunto y, según la tradición, se forma con semillas, frutas y cal. En ocasiones, se agrega la sal.
Además de estos niveles, existen otros elementos relevantes para la ofrenda, como el agua, que se ofrece a las almas para saciar su sed; el copal e incienso, que subliman la oración y la alabanza; y la fragancia de reverencia, que limpia el lugar de malos espíritus. Las flores, como el alhelí y la nube, son esenciales por sus colores y aromas, simbolizando la pureza y ternura que acompañan a las almas de los niños.
El Día de Muertos es una festividad que celebra la vida, la memoria y la conexión con nuestros seres queridos que ya no están físicamente presentes. A través de las ofrendas, se rinde homenaje a la vida y a la muerte, recordando que la muerte es simplemente otra etapa en el viaje de la existencia. Este rito colorido y conmovedor es una hermosa forma de mantener viva la memoria de nuestros seres queridos y de celebrar la vida, incluso en la presencia de la muerte.
