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¿Por qué a los tacaños se les dice “codos”? Conoce este intrigante origen

En México, como en muchos lugares del mundo, solemos usar expresiones curiosas y pintorescas para describir comportamientos o actitudes en la vida cotidiana. Una de esas expresiones es «codo,» que usamos para referirnos a personas que no quieren gastar su dinero y son tacañas. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde proviene esta peculiar forma de llamar a quienes cuidan su bolsillo con especial celo? En este artículo, vamos a explorar los secretos detrás de este término y su relevancia en nuestra cultura, incluyendo una historia alternativa que podría haber contribuido a su origen.

El origen de los «codos»

La palabra «codo» utilizada en este contexto no se refiere al codo de nuestro brazo, sino más bien a la manera en que algunas personas aprietan o juntan sus codos alrededor de su dinero. Imagina a alguien que, en lugar de soltar billetes y monedas para compartir con los demás o para gastos necesarios, los sostiene firmemente entre sus brazos como si fueran un tesoro. La imagen de alguien tan cuidadoso con su dinero que parece apretar los codos se convierte en una metáfora visual que evoca avaricia y falta de generosidad.

Llamar a alguien «codo» en México tiene una connotación negativa, ya que implica que esa persona es egoísta y mezquina. Se asocia a individuos que están más interesados en su propio beneficio que en ayudar a los demás. Es importante destacar que esta etiqueta no se aplica necesariamente a quienes tienen dificultades económicas, sino a aquellos que, a pesar de tener recursos, se muestran renuentes a compartir o gastar su dinero.

La otra historia

Otra versión interesante sobre el origen de los «codos» nos lleva al siglo XIX en el norte de México. Según el historiador neoleonés Santiago Roel, en esa época, los pastores de la región llevaban su ganado hacia la frontera con Estados Unidos para venderlo. Durante su viaje, acampaban en las veredas de las rancherías de Nuevo León. Una vez en la frontera, al vender el ganado, recibían monedas de oro como pago, lo que los hacía presa fácil para bandidos y cuatreros.

FUENTE: Pixabay

Para evitar ser asaltados, alguien inventó una bolsa especial que se colgaba del hombro y se podía esconder debajo de la ropa. Esta bolsa quedaba a la altura de las costillas, lo que permitía a los pastores apretarla con el codo para evitar que las monedas hicieran ruido y llamaran la atención. Sin embargo, los bandidos descubrieron esta práctica y al interceptar a algún ganadero que apretaba fuertemente su bolsa con el codo, le decían: «Afloja el codo» para robarle todas sus pertenencias.

Cada uno tiene el derecho de administrar su dinero a su manera, pero es fundamental recordar la importancia de la generosidad y la responsabilidad social. Ser generoso y compartir no solo beneficia a los demás, sino que también nos brinda satisfacción y plenitud personal. En México, como en cualquier parte del mundo, debemos aprender a equilibrar nuestras necesidades y deseos materiales con nuestras responsabilidades hacia los demás.

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Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.

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