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Medicina y Salud

¿Qué es y qué sucede si comes la sustancia blanca y viscosa que le sale al jamón?

El jamón, delicioso tesoro culinario que nos brinda un sabor y textura únicos, es resultado de un proceso de curado que fusiona tradición y experiencia. Desde su origen en épocas antiguas, el jamón ha pasado por un refinamiento constante para convertirse en la delicia que conocemos hoy en día. Pero, ¿qué sucede después de que lo llevamos a casa y lo guardamos en el refrigerador? ¿Qué es esa sustancia blanquecina que a veces aparece en su superficie? Exploraremos estos misterios, brindando respuestas y tranquilidad si sigues leyendo la nota.

Cuidados en el almacenamiento

Preservar la frescura y calidad del jamón en el refrigerador es esencial para mantener su sabor y textura. Ubicarlo en un lugar fresco y seco dentro del refrigerador, preferentemente cerca de los 4°C, ayuda a prevenir el deterioro prematuro. En caso de jamón cortado, protegerlo del aire mediante papel film o un paño es clave para evitar que se seque y conserve su jugosidad.

Propiedades nutricionales

El jamón es más que una delicia; también es una fuente de valiosos nutrientes. Aporta:

  • Proteínas magras: Esenciales para la reparación de tejidos y el desarrollo muscular.
  • Vitaminas del complejo B: Cruciales para el metabolismo energético y la función nerviosa.
  • Hierro: Vital en la producción de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno.
¿Qué es ese líquido viscoso y blanquecino?

La sustancia blanquecina que ocasionalmente se forma en la superficie del jamón es el resultado de bacterias lácticas. Estos microorganismos, comunes en alimentos fermentados, contribuyen al proceso de desarrollo de sabor y textura en el jamón. Las bacterias lácticas interactúan con los compuestos presentes en el jamón, descomponiéndolos y generando subproductos, incluyendo una apariencia blanquecina en la superficie.

Contribución beneficiosa de bacterias lácticas

De manera interesante, muchas empresas añaden deliberadamente bacterias lácticas durante la producción del jamón. Estas bacterias, lejos de ser dañinas, desempeñan un papel vital en la creación de sabores únicos y una textura apetitosa. Además, algunas investigaciones sugieren que las bacterias lácticas pueden tener efectos positivos en la salud digestiva al promover un equilibrio en la flora intestinal.

Seguridad en el consumo

Si te preocupa la presencia de esta sustancia en el jamón, puedes estar tranquilo. Las bacterias lácticas son inofensivas y no representan un riesgo para la salud. Consumir el jamón, incluso con esta sustancia presente, es seguro. Si lo prefieres, puedes retirarla antes de consumir el jamón.

Qué es la viscosidad que aparece en el jamón después de unos días? Esto pasa si lo comes – El Financiero
FUENTE: Shutterstock
Entonces, ¿cuándo puedo desechar el jamón?

Desechar el jamón en el momento adecuado es importante para asegurar tu seguridad alimentaria. Aquí tienes algunos signos a los que debes prestar atención para determinar si debes desechar el jamón:

  1. Fecha de caducidad o consumo preferente: Si el jamón ha alcanzado la fecha de caducidad impresa en el empaque o la fecha de consumo preferente y no ha sido consumido, es recomendable descartarlo.
  2. Cambio en el olor: Si el jamón emite un olor desagradable, ácido o rancio, es un signo de deterioro y es mejor no consumirlo.
  3. Cambio en la apariencia: Si el jamón presenta cambios visuales notables, como decoloración, áreas con moho o manchas, es indicativo de que ha comenzado a deteriorarse y debe ser descartado.
  4. Textura alterada: Si el jamón se siente viscoso, pegajoso o tiene una textura inusual, es probable que haya sufrido cambios en su estructura debido a la proliferación de bacterias no deseadas.
  5. Formación de moho: Si observas crecimiento de moho en cualquier parte del jamón, ya sea en la superficie o en las áreas cortadas, es una señal clara de que no debe consumirse, ya que el moho puede ser peligroso para la salud.
  6. Sabor desagradable: Si al probar el jamón notas un sabor amargo, ácido o desagradable, es un indicativo de que ha sufrido un deterioro significativo y no debe ser consumido.
  7. Empaque dañado: Si el envase del jamón está roto, dañado o presenta signos de haber sido manipulado, existe la posibilidad de que el jamón haya estado expuesto al aire y a la contaminación, lo que podría haber acelerado su deterioro.
  8. Presencia de insectos o larvas: Si encuentras insectos o larvas en el jamón, es una señal de que ha sido comprometido y debe ser descartado inmediatamente.

El jamón es una maravilla culinaria que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Al entender la naturaleza de la sustancia blanquecina en su superficie, puedes disfrutarlo con total confianza. Las bacterias lácticas, fundamentales para el desarrollo de su sabor característico, son inofensivas y pueden mejorar tu experiencia gastronómica en muchas ocasiones. No sin antes advertirte que no hagas esto con suma frecuencia.

Así que, relájate y sumérgete en la satisfacción de saborear esta delicia, sabiendo que su proceso de curado y los aportes de las bacterias lácticas hacen de cada bocado una experiencia única.

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Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.

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