¿Aceite de oliva virgen o extra virgen? Cuáles son las diferencias y cuál es mejor
Mantener una dieta saludable, rica en frutas y verduras; así como acompañar tus hábitos de una rutina de ejercicios, son indispensables para mantener una buena salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), «las dietas insalubres y la falta de actividad física están entre los principales factores de riesgo para la salud», causando enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Por eso es importante contar con hábitos alimenticios sanos desde los primeros años de vida, evitando alimentos ricos en grasas saturadas que propician el sobrepeso, la obesidad y enfermedades crónicas – degenerativas.
Con la finalidad de lograr el consumo de productos de buena calidad e higiénicos, preparar los alimentos en casa es una de las mejores soluciones. Sin embargo, una de las dudas constantes a la hora de cocinar, surge cuando no sabemos como elegir el mejor aceite que acompañará nuestros platillos.
Diferencias entre aceite de oliva virgen y extra virgen
Si bien puede ser abrumador encontrarse en el pasillo del supermercado y ver todas las opciones entre las que puedes elegir, debes de considerar solo aquellos aceites que sean más saludables. Un ejemplo de esto es el de oliva, pero, aquí viene otra duda, ¿virgen o extra virgen? Si quieres saber cuál es la diferencia, sigue leyendo.
Lo primero que debemos de saber es que ambos aceites son elaborados a base de la extracción del aceite natural de las aceitunas. La aceituna u oliva es el fruto del olivo, árbol que procede de Grecia y Asia Menor.
El aceite de aceituna es extraído mediante procedimientos mecánicos, generalmente usando el método de centrifugación para abastecer la demanda global, a diferencia de la forma tradicional de prensado, una práctica en desuso.
Del resultado obtenido de la centrifugación, a diferencia de con otros aceites, no se lleva a cabo un proceso de refinado, teniendo así una sustancia viscosa directamente de la aceituna, denominado como «oliva virgen» y dependiendo de la calidad de dicha sustancia aceitosa, se puede clasificar como «aceite de oliva extra virgen».
Para poder denominar los diferentes tipos de aceites de oliva, existen diferentes parámetros, entre los cuales se incluyen el proceso de elaboración, grado de acidez, índice de peróxidos, absorción del aceite en el ultravioleta y características organolépticas (sabor, color, olor, etc.)
El Aceite de oliva extra virgen es, dentro de los aceites de oliva vírgenes, el que tiene mayor calidad. Sus niveles de acidez no deben superar los 0, 8º, mientras que el aceite de oliva virgen tiene niveles de acidez superiores. Debiendo ser menores o igual a 2º, se considera este como el primer criterio diferenciador entre estos tipos de aceite, el criterio químico.
Como ya se mencionó, otro criterio que se toma en cuenta para diferenciar entre ambos aceites, es el puramente organoléptico, que se discierne a través de la cata, donde se analizan sabores, aromas e intentan detectar posibles defectos. El Aceite de Oliva Virgen Extra no tiene defecto alguno, el resultado obtenido a través de panel de cata debe ser cero y su mediana de frutado debe ser mayor que cero. Por el contrario, en el Aceite de Oliva Virgen, la mediana de defecto apreciada en cata (panel test) debe ser menor o igual a 2,5, siendo la mediana de frutado mayor que cero.
Sin duda alguna, ambos son excelentes opciones para cocinar, pero, si lo que deseas es que esta sustancia aceitosa sea parte de tus ensaladas, te recomendamos optar por el extra virgen.