Cómo conservar fresca la jícama partida: El truco definitivo para prolongar su vida útil

Tener una rutina para la preparación de alimentos puede facilitar en gran medida la vida, optimizando los tiempos que normalmente invertirías entre semana en dichas actividades.

Una forma efectiva de lograr esto es, comprando los productos una vez por semana y dedicarle el tiempo suficiente al lavado, desinfectado, y almacenamiento de los alimentos.

Sabemos que existen productos que es mejor preparar en el momento, pero, esto ya no demandará el mismo tiempo si el resto de los complementos se encuentran listo para ser utilizados.

Mantener una dieta balanceada de la mano con una rutina de ejercicio es fundamental para disminuir el riesgo de sufrir enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, entre otras, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por lo que es indispensable incluir en tu plato del buen comer granos, proteína, frutas y verduras de acuerdo a la Universidad de Harvard.

Uno de los factores que disminuye la ingesta de productos como la fruta y la verdura es el tiempo que se tiene que invertir en preparar una ensalada y un plato de fruta.

Sin embargo, resulta esencial la ingesta de estos alimentos, ya que no solo ayudarán a nutrir tu cuerpo con las vitaminas y minerales que necesita, también ayudará a disipar la sensación de hambre que provoca que consumas alimentos poco saludables.

Para comer balanceado te recomendamos apoyar tus alimentos de frutas y verduras de temporada y un producto que resulta ideal, fresco y delicioso es la jícama.

El 80% de su composición de este tubérculo es agua y cuenta con un alto contenido de vitamina C, calcio, fósforo, potasio entre otros.

La jícama, también conocida como pelenga o nabo mexicano es una planta leguminosa originaria de México y en realidad se trata de un tubérculo, no de una fruta (como normalmente es conocida). Esta raíz retiene una gran cantidad de agua, que hace de esta, un alimento crocante y refrescante.

Para su consumo solo se tiene que retirar la parte externa o cáscara (epidermis), consumiendo la pulpa o tejido parenquimático y cortar de la forma que prefieras par disfrutar.

Sin embargo, muchas personas prefieren realizar este proceso minutos antes de ingerir el tubérculo, debido a qué con las condiciones del entorno, la jícama se deshidrata fácilmente, generando que se seque y su textura cambie.

Es por eso que te diremos la forma correcta de almacenar tu jícama y tenerla siempre lista para su consumo, evitando perder tiempo en limpiar y picar este producto.

¿Cómo almacenar tu jícama de forma correcta?

  1. Mantén el producto en un lugar ventilado sin exponerlo al calor.
  2. Es importante que lo primero que hagas sea lavar y desinfectar perfectamente bien el tubérculo. Recuerda que, al ser parte de la raíz de la planta, este contiene una gran cantidad de tierra que se encuentra llena de microorganismos.
  3. Después de haber realizado esto, con ayuda de un cuchillo retira la cáscara y pica de la forma que prefieras.
  4. Para lograr un óptimo almacenamiento debes de colocar en recipientes herméticos los bastones, rebanadas o trozos de jícama y colocar un poco de agua que cubra 1 centímetro del fondo del recipiente.
  5. Ya solo queda tapar y refrigerar, de esta manera, todos los días podrás tomar la porción que necesites y este snack estará siempre listo y permanecerá en óptimas condiciones hasta por una semana.
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