¿Por qué no debes meter la olla o cazuela con comida directamente a la nevera?
Cuando llega la hora de cocinar, siempre se busca la manera de disminuir costos, sin dejar de utilizar productos de calidad que aporten los nutrientes suficientes a los integrantes del hogar.
Muchas personas, ya sea por falta de tiempo para cocinar o simplemente por hábito, suelen preparar cantidades mayores a la que se comerán en el momento; incluso, algunas veces, aunque se prepare “lo justo”, llega a quedar comida restante.
Cocinar una mayor cantidad de comida para días posteriores también es una forma de organización y es una práctica que ha ganado popularidad entre la población más joven.
Guardar los sobrantes de guisado, minimiza los gastos en el hogar, al mismo tiempo que se genera conciencia sobre el valor adquisitivo de la comida para no desperdiciarla; pero es importante saber almacenar los restos de comida de una manera adecuada.
El no llevar a cabo este proceso correctamente puede generar la descomposición de los alimentos, en el menor de los casos, sin embargo, tu salud, también puede verse perjudicada.
Se puede llegar a pensar que meter las cazuelas con comida al refrigerador, ayudará evitando invertir tiempo en vaciar los restos alimenticios a refractarios, igual que disminuir la cantidad de trastes sucios y al momento en que se decida consumir, será más práctico, simplemente calentarlo en el mismo recipiente.
Aunque si bien no existe una guía o instrucciones para la mayoría de las acciones tan básicas que realizamos con toda la normalidad del mundo en nuestro día a día, se intenta informar a la población de algunas malas prácticas que tenemos, como es el caso. Muchas personas cometen el grave error de meter las ollas o cazuelas dónde se elaboró la comida a la nevera por los “beneficios” ya mencionados. Si te interesa saber por qué es malo, sigue leyendo el artículo.
Lo que no se considera al llevar a cabo esta práctica es que, las ollas o cazuelas, no son adecuadas para las condiciones de conservación de la comida por los materiales con los que están hechas.
La mayoría de las cocinas cuenta con utensilios elaborados a base de aluminio (el metal más abundante en el planeta), que, dentro de la nevera, en conjunto con la sal (agente corrosivo) de los guisados y la humedad, propicia una aceleración en el proceso de oxidación; meter las cazuelas disminuye el tiempo de vida de las mismas.
La oxidación del aluminio genera liberación de pequeñas cantidades de metal que contaminan los alimentos y pueden ser causantes de severas consecuencias médicas, afectando el sistema nervioso central (SNC), provocando intoxicación (dependiendo de la concentración de metales), daños cerebrales, de riñón e hígado.
La comida también suele verse afectada ya que, en la mayoría de las veces las cazuelas no suelen taparse bien y permiten la entrada de oxígeno que modifica el olor y sabor.
Otra desventaja de guardar las ollas en el refrigerador es la cantidad de espacio que ocupan, haciendo que tus productos se vean poco estéticos y/o amontonados, influyendo en la durabilidad de otros productos que tengas almacenados.
La manera correcta de conservar la comida en refrigeración es vaciarla aún caliente en refractarios de vidrio o plástico, completamente secos, taparlos y meterlos en la nevera inmediatamente.
Para perdurar la vida de tus alimentos puedes optar por congelarlos y mantener una excelente higiene de tu nevera o refrigerador, evitando la presencia de patógenos.