Los mocos y la saliva son todo un éxito evolutivo, según un estudio

El reino animal comparte una característica que ha hecho que los científicos se cuestionen su origen, al ser muchas formas de vida quienes presentan este peculiar mecanismo.

Una de las teorías para explicar el origen de la evolución, es mediante el árbol de la vida, que intenta emparentar a las especies y su paso por la Tierra, mediante un ancestro en común denominado LUCA, (por sus siglas en inglés); del cual pudieron evolucionar todos los animales existentes.

Como alternativa de esta teoría, se tiene que pudo no ser un solo ancestro en común, sino varios los que dieron origen a la amplia variedad de organismo que compartimos el planeta.

La producción de mucosidad está presente en un sinfín de especies, desde animales marinos como lo son moluscos (caracoles), cnidarios (corales, medusas, anemonas) y piojos marinos; hasta terrestres, considerado a los anfibios como los maestros en el arte de la producción de mucosidad, seguidos de las babosas y ciertamente, los humanos también podríamos competir dentro de esta categoría.

La mayoría de las especies del reino animal utilizan la producción de este moco cómo mecanismo de defensa, al igual que diversas adaptaciones evolutivas para atraer o someter a su presa.

¿Se han preguntado las partes del cuerpo humano que segregan mucosidad y cómo sería nuestra vida sin ella? Definitivamente tendríamos muchas complicaciones en las funciones del día a día.

Los humanos producimos secreción en boca (ingesta de alimentos), nariz (barrera contra patógenos) y diferentes órganos (recubrimiento de los mismos), por poner algunos ejemplos, pero cada sitio en el que se produce mucosidad tiene una finalidad diferente.

El enigma que se volvió de interés para la ciencia es, saber el origen del proceso evolutivo de esta secreción y, de acuerdo a un reciente estudio, en los mamíferos, es causado por la participación de unas proteínas llamadas mucinas.

Las mucinas son moléculas estrechamente relacionadas en la contribución de esa peculiar consistencia pegajosa de la mucosidad, este tipo de glicoproteínas es común encontrarlas en células epiteliales (células que recubren el interior y exterior del cuerpo) y aunque se conoce su función no se han definido evolutivamente.

El origen de esta adaptación ha sido todo un rompecabezas, porque a pesar de las similitudes que existen en el funcionamiento de la mucosidad entre especies, sistemáticamente, los grupos que presentan esta característica tienen diferentes líneas evolutivas, se presentan de una forma paralela sin tener un ancestro en común.

 

Es por eso que en el estudio se utilizó una gama muy amplia de los genes de 49 especies de mamíferos para poder analizar la variación genómica que existía entre ellos; obteniendo como resultado que, las proteínas que no son mucinas (precursoras de mucosidad), puede evolucionar a proteínas viscosas cuando son agregadas nuevamente a una parte de cadena cortada de aminoácidos, convirtiéndose en mucina a raíz de repeticiones.

Esto quiere decir que, si bien no son proteínas de mucinas, con el tiempo, mediante evolución convergente, como el caso de la presencia de prolina, hace que se vuelva una secreción pegajosa.

«Encontramos al menos cinco instancias entre especies estrechamente relacionadas donde las mucinas específicas de linaje muestran una similitud de secuencia significativa con proteínas que no son mucinas que son ricas en prolina» expresa en el grupo de científicos.

Así que todo apunta que esta producción de moco, es producto de las prolinas.

El estudio fue publicado  en: Science Advances.

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