Por primera vez se logró filmar una tortuga yendo a matar… muy lentamente

Quizá todos tenemos la firme idea de que en el reino animal, los depredadores son ágiles, inteligentes, pero sobre todo, veloces. Este estereotipo se ha mantenido con el paso del tiempo, en gran parte debido a la cultura popular. Sin embargo, existen casos en los cuales el depredador no porta las cualidades antes mencionadas, rompiendo con la figura establecida de “depredador perfecto”. 

Ahora, en un ejemplo de lo antes mencionado, un equipo de investigadores han documentado lo que parece ser el caso de depredación más lento que se tenga registrado, pues en él, el protagonista es una tortuga gigante Aldabrachelys gigantea, la cual se va acercando muy lentamente a su presa (un ave), para comerla. 

Las escenas fueron capturadas en la isla Frégate por Anna Zora, subdirectora de conservación y sostenibilidad de la Fundación Frégate Island, en el archipiélago de las Seychelles, y muestran el ejemplo claro de depredación más lenta nunca antes documentada. “No podía creer lo que estaba viendo, fue horrible y sorprendente al mismo tiempo”, explica en un comunicado el Dr. Justin Gerlach, biólogo de la Universidad de Cambridge.

De acuerdo con los investigadores,​​ esta es la primera observación documentada de una tortuga atacando y consumiendo deliberadamente a otro animal que es por mucho, más veloz que ella misma. 

Las tortugas de la especie Aldabrachelys gigantea se caracterizan por su colosal tamaño y por su dieta herbívora. Por ello, resulta un tanto extraño ver a estos animales depredando. Si bien es cierto que por mucho tiempo se han documentado casos de animales herbívoros alimentándose de carne, este es un caso especial, pues hasta ahora no habían visto a este tipo de tortuga cazando y comiendo carne. 

Además, existen reportes no filmados de casos donde estas tortugas aplastan con sus caparazones a cangrejos y otro tipo de animales, pero hasta ahora no se tenía evidencia de estas acciones. Ahora queda por averiguar con qué frecuencia ocurre esto.

“El acercamiento directo al polluelo en el video sugiere que la tortuga tenía la experiencia de poder capturarlo en tal situación, lo que indica que este tipo de interacción no es infrecuente para este individuo. La observación de otras tortugas cazando y consumiendo aves sugiere que este comportamiento ha sido adoptado por varios individuos”, escriben los autores en su artículo publicado en Current Biology.

Estos casos nos muestran lo poco que conocemos del mundo animal que nos rodea, por lo que las próximas investigaciones en este tipo deberán de centrarse en comportamientos que no se tengan registrados con anterioridad, a fin de poder comprender cómo es la interacción de estos seres con el medio ambiente.

La investigación ha sido publicada en Current Biology.

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Alan Steve tiene una licenciatura en Bioquímica Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México y hace trabajo de investigación en la Unidad de Genética y Diagnóstico Molecular del Hospital Juárez de México. En internet, Alan es fundador de la comunidad Enséñame de Ciencia.