¿Vas a realizar una transferencia bancaria? Debes tener esto en cuenta y pensarlo dos veces
Todo país cuenta con riquezas que necesitan ser administradas y para ellos cuentan con instituciones especialmente dedicadas a ese objetivo. En México, tenemos al Servicio de Administración Tributaria, o como muchos le conocen, el SAT.
El SAT es sumamente conocido por todo el territorio nacional, y cómo no, si tiene potestad a lo largo y ancho de este. Esta es una institución gubernamental dedicada a hacer valer las leyes fiscales a toda aquella persona física o moral que realicen actividades económicas dentro del país, y así aporten a la nación una parte económica para el gasto público.
Mucho se dice acerca de esta institución, ya que, en la mayoría de los casos, los mexicanos y mexicanas no conocen los procesos y la burocracia por la que se tiene que pasar con el SAT, teniendo que buscar ayuda externa profesional, o bien, como muchos lo hacen, solo dejan pasar sus responsabilidades fiscales.
Sin embargo, permítenos esclarecerte que el SAT está enterado de cada movimiento monetario registrado que realices, incluso aquellas transferencias y depósitos pequeños, aquellos que tú creías que nadie notaría, un préstamo, una venta pequeña, “un dinerito que cayó de repente”, todos estos movimientos de dinero son tema de fiscalización por parte del SAT.
Según información del mismo Servicio Tributario, no hay categorías fiscalizables y no fiscalizables, es decir, toda cuenta bancaria, todo deposito, toda transferencia, cualquier tipo de transacción bancaria es tema del SAT.
En resumen, sí, el SAT también suele poner cuidado en aquellas transacciones esporádicas y pequeñas, por lo que, si es el caso, esta institución está amparada por la ley para pedir registros de cada moviendo tuyo a la institución bancaria a la que pertenezcas.
Para esto, siempre se deben tomar en cuenta los conceptos de cada depósito o transferencia, así como, también es necesario que se cuente con un registro contable de cada gasto e ingreso de la cuenta, o bien, directamente registrar el respectivo pago de los impuestos.
Un par de puntos a tomar en cuenta, que son muy importantes, es que toda persona tiene que investigar el régimen fiscal al que pertenecen para evitar cualquier inconveniente futuro, así como saber que el SAT solo puede pedir tus registros bancarios si te encuentras en medio de una auditoria.
Sobre este último punto, una auditoria por parte del SAT comienza cuando esta misma institución se da cuenta de alguna incongruencia entre las declaraciones fiscales de ingresos y gastos de una persona física o moral, solo en ese momento el SAT adquiere el derecho y obligación de contactar a la institución bancaria a la que pertenezcas y solicitar información de todos tus movimientos, esto se realiza para evitar fraudes fiscales, los cuales están muy penados por la ley.
Entenderle al SAT en ocasiones puede ser un reto para algunas personas, y claro, entre tantos movimientos y trámites de los cuales se encarga esta institución es comprensible, por esa razón es mucho más recomendable pedir asesoría de un experto en el tema, o en su defecto, ir directamente al SAT a resolver tus dudas.