¡No son los árboles! Estos son los organismos que nos dan la mayoría del oxígeno que respiramos

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El oxígeno es un gas vital que todos conocemos porque lo respiramos a diario. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado de dónde proviene realmente el oxígeno que inhalamos? La respuesta podría sorprenderte, ya que no es principalmente de las plantas como se podría pensar comúnmente.

Antes de profundizar en la fuente de nuestro oxígeno, es importante entender la estructura molecular de este gas esencial. El oxígeno que respiramos es diatómico, lo que significa que está compuesto por dos átomos de oxígeno que se unen para formar una molécula de O2. Esta molécula de oxígeno es vital para la vida, ya que los seres vivos, incluidos los humanos, lo necesitan para llevar a cabo la respiración celular y obtener la energía necesaria para sobrevivir.

A menudo se asume que el oxígeno que respiramos proviene de las plantas, especialmente de los árboles, que son conocidos por su proceso de fotosíntesis, en el cual capturan dióxido de carbono y liberan oxígeno. Sin embargo, esta idea no es del todo precisa cuando miramos la imagen completa.

Si bien es cierto que las plantas, incluidos los árboles, son fundamentales para el equilibrio del oxígeno en la Tierra, su contribución al oxígeno atmosférico es relativamente pequeña en comparación con otras fuentes. Esto se debe a varios factores interesantes.

Las plantas utilizan la fotosíntesis para producir oxígeno a partir del dióxido de carbono en presencia de luz solar. Sin embargo, no todas las partes de una planta participan en este proceso. Las hojas son las principales “fábricas de oxígeno” en una planta, mientras que otras partes, como las raíces, el tronco y las ramas, no realizan la fotosíntesis y, de hecho, consumen oxígeno durante la respiración.

Curiosamente, las plantas herbáceas, como las hierbas, son más eficientes en la producción de oxígeno en comparación con los árboles. Esto se debe a su relación más favorable entre la superficie fotosintética y la biomasa. En otras palabras, en términos de fotosíntesis, las plantas herbáceas superan a los árboles cuando se compara la misma cantidad de biomasa.

Aunque los bosques están dominados por árboles, arbustos y hierbas, también contienen animales y microorganismos que respiran, consumiendo oxígeno y liberando dióxido de carbono. Durante la noche, cuando no se realiza la fotosíntesis, el bosque sigue respirando pero no produce oxígeno. En última instancia, el equilibrio de oxígeno en un bosque tiende a ser neutral.

Las plantas no son las únicas fotosintetizadoras. Las algas marinas, en particular, son muy eficientes en la producción de oxígeno. A diferencia de las plantas terrestres, las algas no tienen partes que no fotosinteticen, lo que las hace extremadamente eficientes en la generación de oxígeno.

En los ecosistemas acuáticos, como los océanos, hasta el 85% del oxígeno que se libera a la atmósfera cada año proviene de microorganismos fotosintéticos acuáticos, incluidas las algas. Algunas cianobacterias, como Prochlorococcus marinus, son especialmente eficientes y son responsables de una gran parte de nuestro oxígeno atmosférico.

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Aunque las plantas y las algas contribuyen al oxígeno que respiramos, la mayoría de nuestro oxígeno proviene de microorganismos fotosintéticos prehistóricos que comenzaron a liberar oxígeno hace más de 2.800 millones de años. Este oxígeno se diluyó en los océanos, se capturó en rocas y formó la capa de ozono. Hace unos 850 millones de años, estos sumideros se saturaron, y el oxígeno comenzó a acumularse en la atmósfera.

Aunque las plantas y las algas juegan un papel importante en la producción de oxígeno, la mayor parte del oxígeno que respiramos proviene de microorganismos fotosintéticos prehistóricos. El oxígeno atmosférico que disfrutamos hoy es el legado de estos microorganismos, que comenzaron a liberar oxígeno hace millones de años y formaron la base de la atmósfera que hace posible la vida en la Tierra. Entender el origen del oxígeno que respiramos nos brinda una nueva perspectiva sobre la importancia de conservar y proteger todos los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos, que contribuyen a mantener nuestro preciado suministro de oxígeno.

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Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.