Científicos dieron a ratones jóvenes la sangre de ratones viejos. Las cosas se pusieron raras.
¿Qué podría pasar si ratones jóvenes reciben una transfusión de sangre de ratones viejos? Si el elixir de la vida, aún desconocido y manteniéndose solo como una leyenda, se encontrará en este líquido vital, entonces es probable que los inmaduros roedores sean inducidos a la vejez rápidamente. Pero… Esto, en términos científicos, ¿Podría ser real?
Por muy extraño que suene para muchos, un grupo de investigadores se propuso resolver esta cuestión y parece que han resuelto la incógnita; los hallazgos son realmente sorprendentes e inesperados, se publicaron recientemente en la prestigiosa revista Nature Metabolim y aquí te platicamos todos los detalles.
En el ensayo realizado, ratones macho de tres meses de edad recibieron una transfusión de sangre proveniente de ratones adultos que tenían entre 22 y 24 meses, una edad muy avanzada para estos roedores cuyo promedio de vida se estima precisamente de 2 años.
Por otra parte, con la finalidad de tener un control en el experimento, otro grupo de ratones jóvenes recibió una transfusión de sangre de otros roedores emparejados en edad. Y no resto más que observar y analizar ciertos indicios que denotaran el envejecimiento prematuro inducido por la transfusión, o al menos eso era lo que los investigadores esperaban.
Tras el tratamiento, se analizó la fuerza muscular de los ratones de ambos grupos, y se observó que, en comparación con el control, los ratones que recibieron la “sangre vieja” tuvieron una capacidad reducida, según se indica en el estudio, la fuerza de contracción máxima estaba disminuida y expresaron tasas significativamente más bajas de fuerza y relajación muscular, algo extraño para los jóvenes individuos.
Además, la resistencia física de estos ratones era igual que la de roedores viejos que prefieren dormir en lugar de gastar la energía que les queda. Esto se evaluó mediante una cinta rodante al inicio del estudio y pasados siete días, con ello se observó que los ratones que habían recibido una transfusión de sangre de roedores viejos se fatigaron con rapidez y corrieron distancias realmente cortas comparado con el grupo control. Estos ratones también presentaron biomarcadores de alteración renal y hepática asociados a la edad.
Si lo que estaban observando era real, entonces implicaba que en la sangre existen factores que inducen la vejez al pasar los años. En este sentido, si el experimento se realizaba al revés, es decir, en ratones viejos transfundir sangre joven, entonces estos roedores podrían presentar signos de “rejuvenecimiento”.
Cuando los investigadores realizaron esto quedaron realmente sorprendidos, efectivamente, cuando se realizó ese tratamiento, los efectos analizados aquí como factores de envejecimiento se revirtieron, es decir, la fatiga disminuyó, la resistencia muscular aumentó y ciertos biomarcadores asociados a la edad se disiparon.
Pero esto no solo quedo aquí, debían de comprobar, al menos in vitro, si esto podía replicarse en células humanas, para hacerlo trataron células de riñón humano con plasma de personas de 60 y 70 años, así como de 20 a 30 años. Pasada casi una semana pudieron observar biomarcadores de envejecimiento en las células expuestas a un “plasma viejo”.
Estos resultados son muy interesante, debido a que esto sugiere que, las células viejas podrían estar secretan algunos factores para promover el envejecimiento a nivel sistémico en el organismo, razón por la cual, sin importar la edad cronológica real de los individuos, se puede inducir un envejecimiento prematuro tras una transfusión sanguínea.
Por otra parte, las células jóvenes no están programadas para inducir a la vejez, lo que implica que limpiar las células viejas que se acumulan con la edad podría rejuvenecer la sangre circulante vieja y mejorar la salud de múltiples tejidos, según indican los autores del estudio. Aunque se requiere más investigación, ya que el envejecimiento podría ser un mecanismo mucho más complejo.