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El extraño padecimiento que hace que te muevas involuntariamente y digas palabras que no querías

El síndrome de Tourette se caracteriza principalmente por tics involuntarios y, en algunas veces, violentos. FUENTE: Criminólogos, Criminalistas y Expertos en Ciencias Forenses-Facebook

Se caracteriza por la presencia de tics motores y vocales que pueden ser simples o complejos, involuntarios y repetitivos. Los tics motores son movimientos repentinos e incontrolables, mientras que los tics vocales son sonidos producidos involuntariamente. Hablamos del extraño síndrome conocido como síndrome de Tourette, y en efecto, es un trastorno neurológico que ha sido objeto de malentendidos y estigmatización a lo largo de la historia.

Históricamente, el síndrome de Tourette fue malinterpretado y vinculado erróneamente con posiciones demoníacas debido a la naturaleza aparentemente incontrolable y anómala de los tics. En la Edad Media, se creía que las personas con este trastorno estaban poseídas por demonios, ya que los síntomas están acompañados de verbalizaciones involuntarias y tics bruscos que aparentan una escena un tanto perturbadora de la persona, lo que llevaba a tratamientos inhumanos y aislamiento social.

Sin embargo, con el avance de la medicina y la neurociencia, se ha comprendido mejor el síndrome de Tourette como un trastorno neurológico de base genética y neuroquímica. Se cree que hay una combinación de factores genéticos y ambientales que contribuyen al desarrollo del trastorno. Aunque no se conoce una causa específica, se sabe que hay una disfunción en los circuitos neuronales y en los neurotransmisores del cerebro.

Sintomatología

De acuerdo a la Tourette Association of America, los síntomas del síndrome de Tourette suelen aparecer en la infancia, generalmente antes de los 18 años de edad que es el rango de edad con la que podrías darte cuenta de su diagnóstico. Los tics pueden cambiar con el tiempo, aumentando o disminuyendo en intensidad y frecuencia. Algunas personas experimentan mejoría en la adolescencia o la adultez, mientras que otras continúan teniendo tics a lo largo de su vida.

Los tics pueden variar en gravedad y en la forma en que afectan la vida diaria de una persona. Por ejemplo, algunos pueden ser leves y apenas perceptibles, mientras que otros pueden ser más graves e interferir con las actividades cotidianas, las relaciones sociales y la propia autoestima. Además de los tics motores y vocales, algunas personas con síndrome de Tourette pueden experimentar otros síntomas, como trastornos del sueño, trastornos de atención e hiperactividad, ansiedad, depresión o trastornos obsesivo-compulsivos.

FUENTE: Getty Images

El diagnóstico del síndrome de Tourette se basa en la observación de los síntomas por parte de un médico, que puede realizar una exploración física, revisar la historia clínica y descartar otras posibles causas de los tics. Desafortunadamente, no hay pruebas específicas para diagnosticarlo, pero se pueden realizar especulaciones adicionales, como análisis de sangre o resonancias magnéticas, para descartar otras condiciones médicas.

Tratamiento

El tratamiento del síndrome de Tourette se centra en el manejo de los síntomas y en mejorar la calidad de vida de la persona afectada. Esto puede incluir terapia conductual, terapia cognitivo-conductual, medicamentos para controlar los tics y tratar otros síntomas asociados, y apoyo psicosocial. Es importante tener en cuenta que no existe una cura, pero con el tratamiento adecuado, muchas personas han aprendido a vivir con la condición de manera satisfactoria.

A pesar de los avances en la comprensión y su tratamiento, todavía persisten estigmas y prejuicios hacia las personas afectadas. Además es importante educar en este trastorno, pues la falta de conciencia y comprensión de su patología puede llevar a la discriminación y al aislamiento social. Es fundamental educar a la sociedad y promover la empatía y el respeto hacia las personas que lo padecen, y fomentar un ambiente inclusivo y compasivo, pues a pesar de padecer la enfermedad y vivir con ello una vida normal, los prejucios están al alcance de todos.

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Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.

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