Científicos descubren cómo es que las células cancerosas pueden permanecer “dormidas” y despertar años después
Muchos casos se han reportado en los que el cáncer vuelve al paciente, a veces de forma más agresiva que en un principio. Ahora, científicos han descubierto cómo es que las células del cáncer de mama se ‘inactivan’ durante un tiempo y después se reactivan.

El cáncer de mama es más tratable con el paso del tiempo, pero hay ocasiones en las que vuelve a resurgir, a pesar de que hayan pasado décadas inactivas. Esto tiene una explicación, y es que dichas células se desprenden del tumor de origen, ocultándose en un estado latente en la mama.
Incluso, pueden ocultarse en otros órganos, pero hasta el momento no se sabe por qué es que las células “escondidas” despiertan de repente. Sin embargo, un nuevo estudio del profesor Yosef Yarden ha revelado cuál es el mecanismo que despierta a las células cancerosas dormidas.
Lo cual explica el motivo por el cual estas vuelven a atacar al cuerpo, pero de una manera más agresiva que antes de que se ocultaran y quedaran “dormidas”.
Científicos descubren cómo es que las células cancerosas son capaces de “despertar” incluso décadas después
Las células del tejido mamario de una mujer están en constante cambio. Desde la etapa temprana del desarrollo (mesenquimal), que es cuando son redondas, muy móviles y se dividen rápidamente. Hasta cuando maduran, volviéndose cúbicas, menos activas y se dividen más lentamente.
A lo largo de estas etapas, las células se mueven en un proceso controlado y gradual. Aunque puede suceder que estas se descontrolen, se dividan rápidamente y terminen por volverse malignas. Dicho proceso comienza cuando las células maduras regresan a su etapa de desarrollo anterior.
Esto les permite dividirse velozmente, creando tejido tumoral o extenderse a otros tejidos. Pero, más adelante, el cáncer puede beneficiarse del proceso opuesto, volviéndose más lentas y por lo tanto, latentes.
¿Cómo lo descubrieron?
Mediante un modelo tridimensional de un tumor canceroso desarrollado por el Dr. Dalit Barkan, de la Universidad de Haifa, y dirigidos por la Dra. Diana Drago-García, del equipo del profesor Yarden, modificaron genéticamente células de cáncer de mama humano del tipo más agresivo.
Es decir, del tipo triple negativo, con el objetivo de que produjera un nivel más alto de proteínas OVOL, involucradas en la maduración natural de las células epiteliales. El modelo logró mostrar que el aumento de la expresión de dos proteínas OVOL detiene el ciclo de vida de las células cancerosas y provoca la latencia.
También demostraron, mediante un implante de tejido tumoral humano en ratones hembra, que la sobreexpresión de esta proteína inhibe el crecimiento del cáncer. Podría parecer algo bueno, sin embargo, se descubrió que el tejido mamario contiene niveles elevados de OVOL, lo que inhibe el crecimiento de las células, pero las puede ocultar durante muchos años.
Por lo que, cuando los niveles de OVOL disminuyen, el cáncer resurge y se vuelve más agresivo que antes. Asimismo, se dieron cuenta de que algunos factores de crecimiento potencian la expresión de OVOL1, pero la hormona esteroide estrógeno lo suprime.
Por lo que los pacientes con niveles bajos de receptores de estrógeno y niveles altos de OVOL1 tienden a desarrollar un cáncer más agresivo y tienen menores probabilidades de supervivencia.

Un cambio invisible
Para saber cómo es que el cáncer es más agresivo después del estado de latencia, rastrearon la vía de señalización molecular por la cual la OVOL1 genera la latencia. Detectaron que la vía desencadena la acumulación de radicales libres, generando daño celular generalizado, detención del ciclo celular y latencia.
En conjunto con el profesor Yosef Shiloh de la Universidad de Tel Aviv, demostraron que el estrés continuo en las células latentes tras una acumulación de radicales libres, altera la expresión y la función de las proteínas en los núcleos celulares, que albergan su material genético.
Por lo que el material genético se oxida y su integridad se ve comprometida. Al igual que el funcionamiento de tres proteínas clave implicadas en los mecanismos de reparación del ADN. Los investigadores creen que las células cancerosas se vuelven más agresivas después de la latencia. Debido a que, durante su “sueño”, acumulan mutaciones que las hacen más resistentes.
“La creencia común es que las células cancerosas latentes existen en un estado de suspensión, pero hemos demostrado que durante su llamado sueño acumulan mutaciones en el ADN debido al proceso oxidativo y experimentan una transformación importante”.
“Este descubrimiento concuerda con el análisis de muestras de tejido de tumores de cáncer de mama agresivos. Cabe destacar que el cáncer de mama no es el único tumor maligno que entra en estado de latencia, por lo que comprender los mecanismos de latencia podría conducir también a nuevos tratamientos para otros tipos de cáncer”. Finaliza el Dr. Yarden.
