¿Por qué no toleramos el sonido que hacen algunas personas cuando mastican?
Estamos seguro de que al menos más de una vez te has encontrado con personas que, consciente o inconscientemente, hace ruidos corporales que puede sacar de quicio a más de una persona, tal y como es el ruido al momento de masticar algún tipo de alimento, causando molestia o incomodidad en algunas personas.
Sin embargo, estudios recientes revelan que esta sensación de malestar al escuchar este sonido es algo más profundo de lo que la comunidad científica creía, pues incluso puede ser observable a nivel físico en el cerebro.
Son muchas las personas que sienten enojo al escuchar sonidos activantes, tal y como es el sonido del mascar o los sonidos muy fuertes de respiración. Hoy en día la ciencia hace énfasis en que este puede ser clasificado como un padecimiento físico, e incluso, puede llegar a significar una actividad cerebral diferente a la regular.
En primera instancia, esta condición tiene un nombre, se clasifica como <<Misofonía>>, este se empieza a señalar como un padecimiento o anomalía cerebral que causa repulsión hacia ese tipo de sonidos, sonidos constantes y/o agudos, en estos entran los sonidos de una persona masticando, respiraciones fuertes, el sonido de una pluma de botón, dedos tronando, entre muchos otros.
A pesar de que son muchas las personas alrededor del mundo que sufren internamente por este tipo de sonidos, la comunidad científica rechazaba en su totalidad que se tratará de una condición física, más bien, la clasificaba como un síntoma psicológico. Sin embargo, recientemente se ha publicado un artículo referente a la <<misofonía>>, junto a estudios en donde se afirma que este es un trastorno afectivo sobre el procesamiento de los sonidos, este se caracteriza por invadir al usuario con emociones de ansiedad e ira como respuesta a ciertos sonidos, este artículo podemos encontrarlo en la plataforma virtual de Current Biology.

De la misma forma, y para reafirmar este estudio, un equipo del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, ha puesto manos a la obra realizando estudios en un muestreo de varias personas que presentan <<misofonía>> y otro puñado que no cuentan con este padecimiento, a quienes se les fueron aplicados unos escáneres cerebrales de resonancia magnética mientras se les sometía a sonidos diversos, entre ellos sonidos neutro cono lluvia o ruido blanco, otros sonidos clasificados como indeseados tales como el sonido del llanto de un bebé o gritos de una persona adulta, así mismo, se les aplicó sonidos activantes, los cuales son de los que hablamos en esta nota, como masticar fuerte.
Al realizar estos estudios, los resultados fueron sorprendentes, pues no solo aclararon la cantidad grande de personas que sufren al escuchar sonidos actuantes, sino que, también se pudo observar una actividad cerebral inusual en ellos, puesto que el lóbulo frontal cuenta con una diferencia mínima, pero, que al momento de activarse causa sensaciones de desagrado, sudoración, ritmo cardiaco elevado y ansiedad o desesperación.
Estos estudios son la prueba evidente y física que se necesita para que la comunidad científica y médica voltee a ver este padecimiento, y que lo traten como tal, como una actividad cerebral que causa a nivel físico malestar en las personas que sufren este padecimiento.