Cómo conservar tu cebolla partida por más tiempo: 4 trucos infalibles para prolongar su vida útil

La cebolla es uno de los ingredientes de cocina con mayor demanda y junto con el ajo, hacen la dupla perfecta en la gastronomía.

Biológicamente hablando, la cebolla pertenece a la planta de la familia de las aliáceas y la parte que se consume es un bulbo. Este bulbo se encuentra conformado por capas engrosadas, carnosas y con alto contenido de agua; los folios se encuentran recubiertos por una piel que cambia de color de acuerdo a la especie de cebolla.

Este vegetal tiene una amplia distribución y actualmente, la podemos encontrar en cualquier estación del año, sin embargo, la mejor época para consumir esta planta es en primavera.

Aunque el contenido energético de la cebolla es bajo, su aporte en minerales y vitaminas no lo es, siendo una fuente de potasio y vitamina C, llegando a ser considera como un alimento ideal para prevenir enfermedades de vías respiratorias.

La cebolla cuenta con un sabor característico que se define como fuerte y picante (para unas personas más que para otros), que es producido por sulfurosas, encargadas del lagrimeo que se genera al picar el bulbo.

El sabor tan característico de esta planta es motivo de su implementación en el arte culinario, siendo utilizada en un sinfín de platillos.

Pero, también, es este sabor fuerte el que previene de no exceder las cantidades indicadas, para conservar la esencia y un equilibrio con el resto de los ingredientes, por lo que es normal que a la hora de cocinar no se use la cebolla completa.

Guardar y conservar los sobrantes del vegetal puede convertirse en un problema, ya que el aroma que desprende llega a ser pronunciado, al grado de impregnar la nevera con este olor.

Si la cebolla entra en contacto con otros alimentos dentro o fuera de la nevera, incluso, puede modificar el sabor de los mismos, por lo que, muchas personas optan por tirar los sobrantes al terminar de cocinar.

Recuerda que implementar estas prácticas genera un importante desperdicio de comida e incremento en los gastos del hogar. Te dejamos alternativas para que no vuelvas a tirar tu cebolla partida y la conserves de una manera adecuada y tiempo prolongado.

Papel absorbente

Al fondo de un recipiente coloca papel absorbente, cubriendo bien toda la superficie, después coloca la cebolla (puede ser partida o entera) y de esta manera tan sencilla disminuirás la cantidad de humedad, generando que tus vegetales duren más tiempo.

Limón con clavos

Este truco resulta muy fácil de implementar, lo único que tienes que hacer es partir un limón y enterrar un par de clavos de olor en cada mitad, coloca las mitades del cítrico en la nevera (cerca de la cebolla) y deja actuar durante 24 horas. Una vez que haya transcurrido el tiempo te darás cuenta que los malos olores habrán desaparecido, incluso, aquellos que no fueron generados por el bulbo.

Recipientes herméticos

Los aliados para conservar alimentos en la nevera son los recipientes herméticos, sobre todo, los de vidrio (no guardan olores y disminuye la entrada de humedad). Así que no dudes en guardar la cebolla partida en uno de estos contenedores, evitando así que el refrigerador tenga mal olor.

Bicarbonato de sodio

Si colocaste la cebolla dentro de la nevera sin ningún recipiente y ahora todo huele a este vegetal, basta con colocar 2 cucharadas de bicarbonato de sodio en un recipiente y colocarlo en el refrigerador, deja actuar durante una noche y te percatarás que los aromas desagradables habrán desaparecido.

Recuerda guardar los restos de cebolla al terminar de usar y conservar no más de 1 semana dentro de la nevera.

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Alan Steve tiene una licenciatura en Bioquímica Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México y hace trabajo de investigación en la Unidad de Genética y Diagnóstico Molecular del Hospital Juárez de México. En internet, Alan es fundador de la comunidad Enséñame de Ciencia.