El curioso caso del cirujano que marcó sus iniciales en el hígado de algunos de sus pacientes
Al entrar al quirófano, quizá el mayor miedo que experimentan los pacientes sea el de si volverán a abrir sus ojos una vez finalizada la cirugía a la que se someterán, un miedo justificable considerando el error que podría ser llevado a cabo por el personal médico, y comprometer su vida. Sin embargo, existen situaciones más allá de este aspecto que podrían denotar incomodidad en el propio paciente una vez que se ha sometido a la anestesia, pues este queda inconsciente y no se puede percatar de lo que ocurre a su alrededor.
Si bien el personal de salud tiene la preparación ética para realizar correctamente su trabajo, existen casos en los cuales el médico podría abusar del “poder” que le es conferido en el bisturí, y llegar a utilizarlo a capricho de él mientras el paciente se encuentre bajo anestesia. Esta situación, claro está, se asemeja más a un cuento ficticio, pero existen casos extraordinarios que, si bien podrían pasar como “leyendas urbanas”, son hechos que han ocurrido.
Un ejemplo de ello es el caso del Dr. Simon Bramhall, un cirujano hepático que se hizo mundialmente famoso por allá del 2010, después de realizar un trasplante con el hígado de un individuo que había fallecido en un accidente de avión en el aeropuerto de Birmingham. Bramhall habría acumulado un historial de cirugías exitosas a lo largo de su carrera profesional.
Sin embargo, en 2013 y a la edad de 53 años, se presentaron cargos en su contra, después de que un médico, mientras realizaba una cirugía de seguimiento, notó que el hígado de su paciente estaba marcado con las iniciales de Simon Bramhall, según informa la BBC en una nota realizada en 2017. Al caso se le unió otro paciente, donde también habían notado las iniciales del médico.
Usted se preguntará cómo es posible que haya pasado esto. Los cirujanos hepáticos usan un haz de argón para detener el sangrado del hígado, pero también pueden usarlo para quemar la superficie del órgano y delinear el área de una operación. Bramhall utilizó esta técnica para marcar las iniciales de su nombre en el hígado de dos de sus pacientes, los cuales fueron sometidos a cirugía hepática entre los meses de febrero y agosto de 2013 en el Hospital Queen Elizabeth de Birmingham.

Si bien las acciones de Bramhall no comprometieron la salud de sus pacientes, fueron calificados por muchos como “un desprecio por los sentimientos de los pacientes inconscientes”. Bramhall fue suspendido y finalmente presentó su renuncia en 2014, después de una audiencia con la University Hospitals Birmingham Foundation Trust. En un comunicado a The Guardian, Bramhall comentó que había cometido un error al marcar sus iniciales en el hígado de dos de sus pacientes.
En su momento, la fiscalía comentó que las acciones de Bramhall requirieron “algo de habilidad y concentración”. También afirmó que el acto fue realizado en presencia de colegas.
Pese a las acciones cometidas por el médico hepático, Tracy Scriven, una de sus pacientes, se mostró indignada tras el veredicto final en contra de Simon Bramhall, y dijo que no le importaba si su hígado había sido marcado. “Incluso si puso sus iniciales en un hígado trasplantado, ¿es realmente tan malo? no me habría importado si me lo hubiera hecho. El hombre me salvó la vida”, explicó Tracey en una nota al medio Birmingham Mail.