Enséñame de Ciencia
Ciencia

Un nuevo estudio confirma la habilidad que tienen las personas más inteligentes

A pesar de que cuando escuchamos la palabra “inteligencia” siempre la relacionamos a las excelentes notas académicas, este concepto realmente va más allá de un simple buen promedio. Ya que, desde una óptica racional, el entendimiento y la comprensión son factores esenciales para la resolución de problemas, y el modo en que los seres humanos analizamos las opciones que tenemos para encontrar el mejor procedimiento hacia un resultado que desconocemos supone un alto nivel de desarrollo cognitivo. La habilidad y la destreza también son producto de la inteligencia de cada uno.

Es por ello que la ciencia ha ido más allá, analizando el cerebro y las capacidades que posee, dando cuenta que, para determinar si una persona es inteligente o no, no es necesario limitarlo a la vida académica.

¿Por qué se le considera inteligente a una persona?

Tradicionalmente, a la inteligencia se le ha vinculado de manera estrecha con las siguientes capacidades:

  • Pensar y establecer asociaciones entre conceptos
  • Solucionar problemas cotidianos
  • Generar nuevos problemas de mayor complejidad
  • Crear innovaciones y solucionar problemas en el ámbito cultural

Durante el segundo tercio del siglo XX, el psicólogo de la Universidad de Chicago, Louis Leon Thurstone, desarrolló sus estudios sobre las habilidades primarias de la inteligencia, que resultaron en las siguientes:

  • Comprensión del lenguaje
  • Agilidad perceptiva
  • Razonamiento lógico
  • Habilidad numérica y matemática
  • Fluidez verbal
  • Percepción espacial

La Universidad Charité, de Berlín, y la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, realizaron un estudio que demuestra que las personas inteligentes resuelven mucho mejor los problemas, pero no necesariamente más rápido. Utilizando una perspectiva inspirada en la biología, los investigadores crearon 650 modelos personalizados de redes del cerebro (BNM, por sus siglas en inglés) que permitieron simular la dinámica cerebral que entra en acción durante el proceso de resolución de conflictos.

Los resultados obtenidos de las simulaciones fueron comparados con datos empíricos de 650 participantes que realizaron el denominado “Penn Matrix Reasoning Test” (PMAT), una prueba consistente en ejercicios de emparejamiento de patrones de dificultad creciente. Los resultados se tradujeron en la medida de la inteligencia fluida (IF) de los participantes, la cual se traduce como la capacidad para tomar decisiones desafiantes en situaciones novedosas.

La ciencia reveló que las personas con una puntuación más alta en inteligencia fluida tardaban más tiempo en resolver las tareas más difíciles que las que poseían una IF más baja. Estos resultados se obtuvieron en las simulaciones y después se comprobó empíricamente que los datos de los participantes correspondían con la tendencia.

Con la finalidad de desarrollar un marco teórico sobre el funcionamiento del cerebro, el laboratorio utilizó la simulación cerebral para complementar los datos observacionales. En conclusión, la ciencia determinó que un cerebro con una mayor sincronización presenta una mayor capacidad para resolver conflictos de manera más efectiva, aunque no siempre con más rapidez. Por lo tanto, a la inteligencia también se le debería asociar con esta cualidad.

Comparte ciencia, comparte conocimiento.

ensedecienciaalan

Alan Steve tiene una licenciatura en Bioquímica Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México y hace trabajo de investigación en la Unidad de Genética y Diagnóstico Molecular del Hospital Juárez de México. En internet, Alan es fundador de la comunidad Enséñame de Ciencia.

Descubre más desde Enséñame de Ciencia

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo