Enséñame de Ciencia
CienciaCuriosidades Científicas y más.Mundo

Con agua fría o caliente, así debes bañarte para conseguir mejores beneficios, según la ciencia

FUENTE: Joaquín Corbatán

Algunas personas prefieren la sensación refrescante del agua fría, quizá cuando terminan algún entrenamiento o el ejercicio que sea, mientras que otras se sienten más relajadas con un baño caliente, especialmente por la noche o en la mañana cuando terminan o empiezan su día, respectivamente. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto? ¿Cuál es mejor y cómo afectan estos hábitos a nuestra salud y bienestar? Quédate que aquí te vamos a mostrar con ciencia, qué baño es mejor tomar.

¡Con agua fría!

El agua fría es conocida por sus propiedades estimulantes y revitalizantes. Un baño frío puede despertarte y darte energía para enfrentar el día. Al exponer el cuerpo al agua fría, los vasos sanguíneos se contraen, lo que mejora la circulación y puede reducir la inflamación. Este efecto vasoconstrictor también puede ayudar a aliviar síntomas de migraña y dolores musculares para quienes frecuentemente lo padecen.

Además, los baños fríos pueden tener un impacto positivo en el sistema inmunológico. Estimulan la producción de glóbulos blancos, fortaleciendo así nuestras defensas contra enfermedades y esto está demostrado en una investigación realizada en PubMed. O este otro, que nos dice que, en cuanto al bienestar mental, el shock del agua fría puede aumentar la producción de noradrenalina, un neurotransmisor que puede mejorar el estado de ánimo y la concentración.

Sin embargo, los baños fríos no son para todos. Pueden ser incómodos, especialmente durante los meses más fríos, y algunas personas pueden encontrar difícil adaptarse a la sensación del agua fría. Además, si tienes problemas cardíacos o circulatorios, es importante consultar a un médico antes de incorporar baños fríos a tu rutina diaria.

¡Agua caliente!

Un baño caliente, por otro lado, es una excelente manera de relajarse y aliviar el estrés, especialmente después de una jornada ardua de trabajo al llegar a casa. El calor del agua ayuda a relajar los músculos y reduce la tensión acumulada durante el día. El agua caliente también dilata los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y promoviendo la relajación de prácticamente todo el cuerpo.

FUENTE: Pixelshot

Además, los baños calientes pueden ser beneficiosos para la piel. El vapor ayuda a abrir los poros, eliminando las impurezas y permitiendo una limpieza más profunda. También puede aliviar síntomas de afecciones de la piel como la psoriasis y el eczema.

A pesar de estos beneficios, es importante no abusar del agua caliente. Bañarse con agua extremadamente caliente puede resecar la piel y el cabello, y también puede aumentar la presión arterial. Limitar la duración del baño y utilizar agua tibia en lugar de caliente puede ayudar a evitar estos efectos indeseables en cada individuo.

Entonces, ¿cuál es la mejor opción?

La respuesta depende de tus necesidades y preferencias personales. Si buscas tener algo más productivo, un baño frío puede ser la mejor opción. Si, por otro lado, necesitas relajarte y aliviar el estrés, un baño caliente puede ser más beneficioso.

Una opción popular es combinar ambos tipos de baño en una rutina de contraste. Comenzar con un baño frío para estimular el cuerpo a lo mejor por la mañana y luego terminar el día con un baño caliente para relajarse puede ser una experiencia que equilibre la dosis de beneficios que cada tipo de baño puede darte.

Otro factor importante: el clima en el que vives

En efecto, otro factor que puede influenciar el gusto por el baño frío o caliente dependerá del clima en donde vivas. Básicamente a personas que viven en climas cálidos su baño será todo el tiempo refrescante, ya el agua de hecho sale caliente, pero a mucha gente de regiones cálidas prefieren no volver a calentar el agua.

De manera contraria, un individuo que vive en zonas frías o polares, en su sano juicio se bañará con agua fría, pues, aunque esté acostumbrado, no podrá resistir los efectos del agua fría (más fría) en su cuerpo, dejando en claro la importancia de bañarse con agua caliente en esas regiones.

Pero, piénsalo, al final tú decides si probar baños fríos o calientes, pero es importante hacerlo de manera segura y gradual.

Comparte ciencia, comparte conocimiento.

Luis Arana

Químico de profesión, ama la bioquímica y los procesos metabólicos. Fiel amante de la poesía.

Descubre más desde Enséñame de Ciencia

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo